Germán Rodríguez, Miquel Bestard y Manolo Bosch, durante la Asamblea Extraordinaria de la FFIB. | Pilar Pellicer

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El proceso electoral en la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB) ya está en marcha de cara al ciclo 2020-24. A expensas de que la Direcció General d'Esports apruebe la documentación que la Asamblea Extraordinaria de la territorial ha validado este sábado en la sede de Son Malferit, la junta directiva que encabeza Miquel Bestard pasa a ser gestora hasta el final de un procedimiento que, en el peor de los casos, se alargaría hasta el 25 de septiembre.

El propio presidente de la FFIB, Miquel Bestard, acompañado por el secretario de la territorial, Manolo Bosch, y Germán Rodríguez, responsable del área jurídica desgranaron a los clubes asambleístas el único punto del orden del día, que no era otro que la aprobación del reglamento, calendario, censo y la restante documentación que deberá regir del proceso electoral, ya en marcha y con, por el momento, un único candidato en firme.

Miquel Bestard optará a la reelección por espacio de cuatro años más. Los aspirantes a la presidencia deberán reunir un 25% de los avales firmados por los clubes (la Asamblea la forman sus presidentes). Es decir, que son necesarios 71 apoyos oficiales sobre los 284 componentes del censo para poder formalizar una candidatura que el veterano dirigente de Bunyola, en la presidencia de la FFIB desde 2004, ya tiene en marcha.

Si la DGE valida la documentación que entregará la FFIB este lunes, el proceso se puede recortar hasta en dos meses, e incluso antes de final de temporada (en 2016 fue durante el mes de marzo), siempre que no haya más de una candidatura, se podría dar por finalizado con la proclamación de Bestard como presidente de la territorial por espacio de cuatro años más, hasta 2024, iniciando así el que sería su quinto mandato.

Bestard explicó en el arranque de la Asamblea Extraordinadia los objetivos alcanzados durante su mandato y, especialmente, en el último periodo, realizando un balance de gestión focalizado en el crecimiento del fútbol balear, su expansión a nivel de la RFEF y la consolidación del patrimonio de la FFIB.