Duro golpe. Varios canteranos del Dosa, durante la presentación del club de la temporada anterior. La alarma sanitaria ha dejado sin competir a los niños y abocado a los clubs de formación a un abismo económico de lo más preocupante | Gemma Andreu

TW
2

A causa de la crisis sanitaria generada por la expansión del coronavirus, el fútbol balear se asoma a un abismo económico sin precedentes según desvela un estudio elaborado por el presidente del San Francisco, Amadeo Spadaro, a la sazón profesor de Economía de la Universitat de les Illes Balears. En el mismo, el mandatario de uno de los clubs de referencia del panorama del fútbol formativo de la vecina isla de Mallorca calcula el impacto de pérdidas mensual por encima de los 1.3 millones de euros en el Archipiélago.

Si bien todavía resulta un jeroglífico indescifrable advertir a cuanto ascenderá con exactitud el volumen de pérdidas que sufrirá el deporte en general y el fútbol en particular, este se vaticina especialmente sangrante en sus categorías más mediáticas -por ejemplo, solo LaLiga estima un agujero de 700 millones de euros si la temporada 2019/20 no se reanuda.

Pero más allá del espectro profesional, el fútbol amateur y de formación ya padece en primera persona las consecuencias de un parón que por el momento mantiene condición de indefinido -lo cual no apunta a revertir a corto plazo- y que se ha cobrado varias víctimas en forma de suspensión de eventos -al igual que en otras ramas del mundo del deporte.

Lectura

Aunque ante la ausencia de datos concretos, gráfica que devendrá en adelante, un primer análisis del esqueleto futbolístico estatal, y por ende balear, anticipa una panorámica de lo más desoladora. Así, la lectura que hace Spadaro, llevada a término en base a un escenario temporal que podría prolongarse por espacio de tres meses -es el trecho que resta para que finalice el calendario oficial de la presente campaña 2019/20-, concluye que la solución menos gravosa para el fútbol modesto sería que la Federación Española optara por dar por terminada la temporada.

De ese modo, los clubs podrían reducir ostensiblemente sus costes de manera casi definitiva, y a la vez, todo el mapa futbolístico podría acogerse a las medidas extraordinarias de cierre por situación de emergencia y reclamar ayudas y compensaciones a las autoridades.

Al encontrarse temporalmente suspendida la actividad de los clubs y no de manera definitiva por parte de la RFEF, esas entidades no pueden ser asimilables a una empresa, lo que agrava su presente y futuro inmediatos. La falta de ingresos (cuotas, taquillas, patrocinadores, ingresos ordinarios...), junto con la obligación de tener que asumir los gastos salariales y de mantenimiento de las instalaciones y la ausencia de mecanismos de ayuda directos ahogan al fútbol amateur y base.

Spadaro traslada sus tesis a escala nacional al marco balear, fijando un impacto mensual dentro del alcance de la territorial isleña de 1.373.097’29 euros. En total, el montante a nivel nacional ascendería a 53 millones de euros mensuales, destacando sus previsiones para federaciones potentes como Andalucía (7.855.550), Cataluña (8.578.293), Madrid (5.971.741) o Galicia (4.810.626).