Ignasi Dalmedo, de ‘míster’.

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El Municipal Miquel Pons Lladó se ha convertido ya en la segunda casa para el futbolista menorquín Ignasi Dalmedo (Maó, 1992), uno de los muchos jugadores que en su día decidieron probar fortuna lejos de la Isla. El delantero menorquín, que a sus 28 años atesora calidad y experiencia en incluso en Segunda División B tras haber jugado en el extinto Sporting Mahónes, Badalona, Lleida, Atlètic Balears, Arroyo y Constància, volverá a este esta temporada 2020-21 una importante incorporación para la zona ofensiva del Binissalem de Tercera División. Dalmedo, además de sumar ya cinco temporadas con la zamarra azulona, repetirá en su doble faceta en el Binissalem, ya que también sigue de entrenador del juvenil preferente ‘binissalemer’.

Contento y valorado
Ignasi Dalmedo, feliz por su enésima renovación en el Binissalem de Tercera, reconocía ayer a «Es Diari» su satisfacción. «Estoy muy cómodo aquí, es un club agradable. Tenemos 6-7 jugadores de Palma que llevan ya diez años en Binissalem y eso quiere decir algo», señala en voz alta el mahonés, quien este nuevo e incierto curso 2020-21– por la pandemia de la covid 19–, seguirá dirigiendo el juvenil preferente. «El reto de un club como el Binissalem es intentar sacar jugadores que puedan llegar a jugar con el primero equipo. Este año han debutado cuatro», señala, orgulloso, el ‘míster’ menorquín, que se encuentra en posesión del título de UEFA B; el nivel 1 que se llamaba hasta ahora. «Todo surgió cuando me lesioné de gravedad hace cinco años, que fue cuando me ofrecieron entrenar el Juvenil B de la entidad y acepté», recuerda Dalmedo.

El menorquín, quien entre bromas asegura que «no me había preguntado nunca» si se considera mejor jugador o entrenador, es ambicioso, en cuanto a su futuro en los banquillos, sin renunciar a Tercera. «Claro que me gustaría en el futuro dirigir en nacional», exclama, el todavía jugador, contento de su papel en el Binissalem, tras la dura lesión. «Tras los dos primeros años de lesión creo que hemos cumplido, tanto personal como colectivamente, los objetivos».

Tras jugarlo todo este curso en el Binissalem, admite Dalmedo que la lesión le marcó. «Ya no es lo mismo, me he adaptado y unos días estás mejor y otros no tan cómodo», admite, sin achacar a este contratiempo su no continuidad en Segunda B. «Ni muchos menos. En Arroyo bajamos a Tercera, firmé por el Constància y ya jugué en Tercera, antes de lesionarme».

En cuanto al fútbol en Menorca, sin Tercera, dice Dalmedo que «no es fácil subir a ninguna categoría e influyen muchos factores. Querer buscar una explicación concreta me parecería un error», avisa, feliz por el Villacarlos, en la División de Honor que él jugó con el Penya Ciutadella. «Una categoría muy importante para la salida de jugadores fuera de la Isla y una experiencia muy bonita. Hay que conservarla», sentencia.