Va por ti, Lara. Por fortuna, Sergi Enrich cambió su suerte este pasado domingo en el Reale Arena frente a la Real Sociedad y el ciutadellenc pudo dedicarle, por fin, un gol a Lara, la hija que espera con su pareja para este mes de enero entrante. Un día más, cuando estuvo, el insular lo dio todo | EFE

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Si bien es cierto que por activa y por pasiva el delantero menorquín del Eibar, Sergi Enrich, ha dejado claro siempre públicamente que no le obsesiona el gol; que no le quita el sueño, pese a ser consciente que como delantero que es, se le mira en lupa siempre por los balones en la red. Este domingo el goleador ciutadellenc rompió una sequía de 358 días para darle el empate al Eibar en el derbi guipuzcoano ante la Real Sociedad. Y su celebración fue de rabia, de felicidad, diferente quizás. Dejaba atrás casi un año sin marcar; de hecho, no lo había hecho en el año 2020. Su último tanto se lo metió al Granada en Ipurua (3-0) el 20 de diciembre de 2019, el último partido del año pasado.

Más allá del gol que rompía su personal sequía goleadora –la más larga desde que milita ya hace seis temporadas en la SD Eibar –, sirvió este encuentro a Enrich para reivindicarse y mostrar su inconformismo, como luego dejó caer en la rueda de prensa posterior al partido ante la Real. El capitán azulgrana sólo en una ocasión de las ocho veces que ha jugado esta temporada ha actuado en el once inicial y fue en la primera jornada liguera ante el Celta pero no se rinde. Lo seguirá intentando, con su ADN Eibar del que siempre ha hecho gala.

Aviso del menorquín

Enrich atendió a los micrófonos de Movistar después de marcar su diana y el menorquín valoró lo que significaba para él, con aviso a navegantes incluído. «Estoy contento por el gol. Estaba entrenando muy bien, estoy muy bien la verdad y confío en mí. Siempre lo he demostrado todas estas temporadas en el Eibar y este año no va a ser menos», exclamaba, muy seguro de sí mismo, el capitán armero, reclamo de los medios de comunicación en San Sebastián.

Con una sonrisa irónica y entre ceja y ceja, Enrich quiso enviar un mensaje, asegurando el insular que de cara a este gol ante la Real Sociedad, «si me dejan, no va a ser el único», manifestó, mostrándose reivindicativo con el cuerpo técnico y más ambicioso que nunca por la situación de menos oportunidades en el terreno de juego por la que está atravensando.

De nuevo en un tono optimista, uno de los jugadores más históricos del Eibar, reconocía que su alegría era más por lo que supuso el tanto del empate para el equipo que a nivel personal. «Me alegra poder ayudar a mis compañeros y demostrar que puedo aportar cosas en este equipo y en este club y hacia adelante». Un Sergi Enrich que de nuevo ante las cámaras no quiso ni oír hablar de la palabra ansiedad, a la hora de calificar estos largos meses de sequía goleadora. «Nada, cero; sinceramente, no me había generado ansiedad. Los delanteros sí que es verdad que vivimos del gol, pero nunca he sido un goleador», subrayó, sin hacer oídos sordos al entorno. «Soy consciente que tantos meses sin marcar ello es lo que genera el entorno, siendo un delantero». Sin embargo, proseguía el menorquín, «sabía que si seguía trabajando igual de bien, me llegaría el gol. Por fin entraría el balón frente a la Real Sociedad y además ha servido para dar un punto, que es lo importante», abundaba Enrich, que, de paso, quiso recordar que este año, pese a jugar menos, también lleva «unos cuantos balones al palo».

Al margen, reconocía Enrich que el punto le supo gloria a su equipo, frente al líder de la categoría. «Hay que admirar lo que está haciendo la Real Sociedad, con jugadores muy jóvenes, y solo tengo buenas palabras para este equipo porque la verdad es que juegan muy bien. Con una identidad muy clara y sabíamos que sería muy complicado si no apretábamos muy bien», finalizaba el ciutadellenc.