Lluc Pons, el padre de Lluís, junto a algunos participantes del torneo | Gemma Andreu

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El lado más bonito del deporte se ha podido ver este sábado en Ferreries. Hace algo más de un año, lamentábamos todos la pérdida de Lluís Pons Bosch, entonces benjamín del CE Ferreries, a causa de una leucemia mieloide atípica crónica, y, este sñavado, su equipo juntamente con el FC Barcelona, el Paris Saint-Germain, el Manchester City y un combinado menorquín reclutado para la ocasión se dieron cita en un torneo amistoso y en tributo al niño.

Esta iniciativa, que fue un total éxito tanto en lo deportivo como en lo humano, superando los 3.000 asistentes en las gradas de Sant Bartomeu, los cuales pudieron disfrutar de una jornada de muy buen nivel de fútbol, es obra de la familia de Lluís, en especial de su padre, Lluc.

«La idea del torneo me surgió ya hace tiempo, cuando Lluís estaba enfermo e iba a entrenar igualmente, aún estando flojo. Desde el hospital nos dijeron que su situación no iba a acabar bien, y ya desde ese momento se me ocurrió la posibilidad de hacer algo así, aunque era sólo eso, una idea muy ambiciosa que era difícil de llevar a cabo», comenta.

La ilusión por conseguirlo, unida al trasfondo de la propuesta hizo posible lo que parecía inalcanzable: «Durante la enfermedad de Lluís estuvimos en Barcelona y le apunté a unas pruebas de la Escuela Barça, pero con la pandemia no se pudieron realizar hasta el año pasado, ya por Pascua, coincidiendo con el último partido que jugó Lluís, ya que esa misma noche le tuvieron que ingresar. Contestamos al correo renunciando a asistir a esas pruebas explicando la causa, y entonces ellos nos pidieron una dirección para enviarnos una camiseta como regalo».

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Ese contacto dio acceso a poder hablar con las categorías inferiores del equipo oficial y, a partir de ahí, fueron apuntándose más equipos referentes en Europa: «Ya cuando el Barça aceptó, vimos que teníamos opciones de despertar el interés de otros equipos para unirse al cartel. Un amigo de Oliver Vallés, director de marketing en el Hestia Menorca y uno de los que más me ha ayudado a organizar todo esto, tenía un buen contacto en el Manchester City. Pudimos hablar con ellos y en seguida dijeron que les encantaba el proyecto y los valores que se transmitían. Al club que más nos costó llegar fue al Paris Saint-Germain. Finalmente, encontramos un contacto, y, un día después, nos contestaron diciendo que estaban interesados en hacer una videollamada con nosotros, en la que confirmaron que también vendrían».

Equipos que «no han venido de estrellas», que han sido próximos y que se han volcado con la causa, hasta el punto de aceptar peticiones muy especiales.

«Había un niño con el que Lluís se escribía cartas. Él quería aprender español y Lluís francés, y en la reunión con el PSG les comenté si para el torneo podrían incluirle en la plantilla para que jugara con ellos. Lo propuse pensando que me dirían que no, y todo lo contrario. Aceptaron desde el primer momento, y eso lo dice todo», confiesa Lluc emocionado.

Una alegría que se ha multiplicado una vez llegado el momento de la puesta en marcha, en la que se ha creado «una experiencia única que los niños de nuestro pueblo y de Menorca no van a olvidar nunca», y que aún está por decidirse si seguirá repitiéndose en los próximos años.

«Es una incógnita aún. Puede que se exponga demasiado a nuestro hijo y eso es algo que no es del todo agradable. Para la familia ha supuesto mucho revuelo y remover muchos recuerdos. Me sabe mal en este aspecto, pero yo lo quiero ver desde otro punto de vista. Recordar lo bueno, el ejemplo que nos dio Lluís, animar a la donación de médula y de sangre y recaudar fondos para poder seguir investigando la enfermedad. A mí me encantaría que se pudiera repetir, aunque no lo organizase yo, porque supone mucho trabajo y perder muchas horas de poder estar con la familia. Será difícil, pero lo que se podría hacer es dejarlo en manos de otra gente sin que sea el homenaje a Lluís. Si alguien quiere recoger el testigo y seguir con esto, yo estaré encantado», concluye.