El central del FC Barcelona Gerard Piqué se lamenta mientras los jugadores del Inter celebran uno de sus goles en el Camp Nou. | Efe

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El último tropiezo contra el Inter de Milán (3-3), que sitúa al Barcelona al borde de la eliminación de la Liga de Campeones, dejó al desnudo las debilidades del proyecto de Xavi Hernández, que desde que aterrizó en el banquillo del Camp Nou solo ha sumado una victoria en seis partidos de la máxima competición europea. El balance del técnico egarense en la 'Champions' es de tres derrotas, dos empates y una única victoria. Además, su equipo se ha quedado sin ver portería en cuatro partidos y ha encajado un total de diez goles.

Se trata de un balance pobre en una competición que desde el 2015, cuando Xavi levantó la última 'Orejona' de la entidad en el cielo de Berlín, se ha convertido en una pesadilla para el club azulgrana con decepciones sonadas contra los grandes equipos del fútbol continental. El preparador catalán inició su andadura en la Liga de Campeones la temporada pasada con un empate ante el Benfica (0-0) en el Camp Nou previo a la derrota incontestable (3-0) contra el Bayern Múnich, que condenó al Barça a disputar la Liga Europa.

En la presente temporada, con un equipo renovado gracias a la activación de las 'palancas' económicas, su equipo quedó encuadrado en el denominado 'grupo de la muerte' con el Bayern y el Inter como principales rivales en la pugna por clasificarse para los octavos de final. En lo enfrentamientos directos, italianos y alemanes demostraron que el Barça todavía está verde para competir contra los grandes de Europa. El equipo azulgrana solo ha ganado al Viktoria Pilsen (5-1), la cenicienta del grupo C que todavía no ha puntuado en esta fase de grupos.

Dos despistes defensivos en menos de cuatro minutos penalizaron a un Barça fallón en Allianz Arena (2-0). En el Giuseppe Meazza, un disparo lejano de Calhanoglu antes del descanso y las controvertidas decisiones arbitrales en la segunda parte complicaron la vida a los de Xavi. Las derrotas en Múnich y Milán convirtieron el duelo de este miércoles contra el Inter de Milán en el Spotify Camp Nou en una final en pleno mes de octubre.

Así lo afrontó el técnico azulgrana con un planteamiento arriesgado, sin miedo al intercambio de golpes, un escenario que favoreció al conjunto interista, que aprovechó las concesiones defensivas de su rival para anotar tres tantos en el segundo tiempo. Y podrían haber sido más. Hasta ocho tiros a puerta creó el equipo de Simone Inzaghi en el estadio azulgrana, donde Marc-André ter Stegen evitó la derrota de su equipo con varias intervenciones de mérito.

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La situación del guardameta alemán es algo paradójica en este inicio de curso. En ocho duelos de LaLiga solo ha encajado un gol, mientras que en la 'Champions' ha recibido siete dianas en cuatro jornadas. Es decir, en LaLiga el Barça recibe 0,125 goles por partido y en la competición europea 1,75, una estadística que deja en evidencia que en la competición continental los errores se pagan caros.

El Barça afrontó el doble duelo contra el equipo italiano sin Ronald Araujo y Jules Koundé, dos puntales defensivos que regresaron lesionados del parón de selecciones. Ante el Inter, Gerard Piqué, que hasta la plaga de lesiones en la zaga apenas había tenido protagonismo, salió en la foto del 1-1, obra de Barella, y del 2-3 que marcó Gosens. Busquets, por su parte, perdió el balón en la medular que originó la jugada del segundo tanto de Lautaro Martínez.

Xavi se refirió a estas dos jugadas y mencionó los nombres de los dos capitanes en la rueda de prensa posterior al encuentro. «El planteamiento ha sido bueno. Quizás he fallado en transmitir en la intensidad en la segunda parte. Si falla la defensa, también fallo yo. Si falla Piqué o Busquets, fallo yo como entrenador. Asumo toda la responsabilidad», sentenció.

Las dos leyendas azulgranas acabaron señaladas a cuatro días del clásico del próximo domingo en el Santiago Bernabéu, donde el Barça defenderá el liderato sumido en un mar de dudas mientras de fondo vuelve a sonar el himno de la Europa League.

Una victoria del Inter ante el Viktoria Pilsen en el Giuseppe Meazza en la quinta jornada de la fase de grupos dejaría al conjunto azulgrana sin octavos de final por segundo curso consecutivo, una decepción deportiva con consecuencias económicas, pues la junta directiva había presupuestado este curso los ingresos de una supuesta clasificación para los cuartos de final de la 'Champions