Algunos de los momentos del curso realizado en el recinto de ponent. | Difusalud

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Caprichos del destino, dos días después que Difusalud realizara en el Municipal de Son Marçal un curso de primeros auxilios y manejo del DESA (desfibrilador), Dragisa Gudelj protagonizó un susto tremendo en Primera RFEF, cuando cayó desplomado de repente, con síntomas de haber perdido el conocimiento. Tras ser reanimado sobre el césped con un desfibrilador, fue trasladado a una UCI, ya consciente. Pudo contarlo. La semana pasada, una quincena de técnicos del Penya Ciutadella recibieron un curso teórico-práctico, formándose en conocimientos y adquiriendo las habilidades necesarias para la actuación en el apoyo vital básico y manejo del DESA (desfibrilador semi-automático). Además de aprender cómo actuar ante situaciones que se pueden dar dentro y fuera del campo, como convulsiones, lipotimias o atragantamientos.

Casos que en su día causaron honda impresión, como los de Antonio Puerta o Dani Jarque, «siempre nos conmueven y ojalá no sucedieran pero por desgracia son cosas que ocurren, seguirán ocurriendo y sin previo aviso. De alguna manera ponen en énfasis la importancia de contar con profesionales o personas formadas y entrenadas para el manejo de dichas situaciones», señala Isabel Camps, enfermera de Difusalud que dio el curso en el Penya. «Son situaciones de emergencia y por tanto, requieren de actuación inmediata para poder disminuir las posibilidades de fallecer».

Una enseñanza sencilla

En Son Marçal los objetivos eran claros. «Que aprendieran de una manera muy sencilla, visual y práctica las técnicas del soporte vital básico y manejo del DESA. Cómo actuar ante una persona inconsciente, ante una que no respira o cómo y cuándo manejar el DESA fueron el eje central del taller». Y realizado en medio del campo, «para sumergirnos al máximo a los tiempos y los posibles escenarios», subraya. Actuar frente a una situación de emergencia, «es algo que probablemente nadie desea pero ser capaces de actuar o reaccionar en un momento dado es la base y mensaje que quisimos dar. Sentirnos un poco más seguros para reaccionar es el punto de partida clave».

El apunte

«Si se actúa en el minuto 1, las probabilidades de sobrevivir son del 70%»

«Tener conocimientos básicos sobre cómo actuar en caso de parada cardiorespiratoria y aprender a manejar el DESA debería ser algo imprescindible para todas las personas. Un básico de la enseñanza a todas las edades y grupos de población», expresa la enfermera de Difusalud, Isabel Camps, que dirigió este curso en el campo del Penya Ciutadella. Y más concretamente en recintos deportivos, abunda, «debería ser una formación anual de obligado cumplimiento para los técnicos que están en contacto directo con los jugadores», piensa en voz alta y lamentando que existe, por el momento, «poca concienciación sobre la importancia de aprender las técnicas de soporte vital básico, a pesar de que cada 20-30 minutos se produce una muerte por parada cardiorespiratoria en nuestro país. Cuando tenemos a nuestro alrededor algún hecho que nos marca, es cuando solemos tomar conciencia de la importancia que tiene ésta formación», resaltaba ayer mismo, unos días después del curso ofrecido al primer club de fútbol que accede a recibirlo en sus instalaciones.

Primeros y determinantes pasos

Isabel Camps detallaba ayer los primeros y decisivos pasos, ante una emergencia en un terreno de juego o recinto deportivo mismos. «Una vez constatamos que la persona no responde y no respira con dos técnicas muy sencillas, lo primero que debemos hacer es llamar a emergencias y, acto seguido, continuar con la cadena de supervivencia, con las maniobras de resucitación cardiopulmonar básica (RCP). Es decir, el masaje cardíaco y la ventilación antes de un minuto, para conseguir que la persona afectada pueda sobrevivir sin secuelas». Además, la persona afectada, proseguía la enfermera ciutadellenca, «debería recibir el primer choque o descarga del DESA antes de los primeros 3-5 minutos para poder restablecer el ritmo cardíaco».

Y es que en palabras de Isabel Camps, «si actuamos desde el primer minuto en que se detectan los síntomas de una parada, las probabilidades de supervivencia son del 70%; por lo contrario, esta cifra se ve reducida de un 7 a un 10% por cada minuto que se retrasa la desfibrilación», cierra, recordando que la formación en primeros auxilios y DESA tendría que ser imprescindible, sobre todo, en todos los clubes deportivos que disponen de desfibrilador, ya qué «muchas personas que están ahí carecen de formación para poder utilizarlo con más seguridad».