Imagen de un grupo de aficionados españoles ante los barracones que se han instalado en las afueras de Doha para ofrecer alojamiento a los seguidores que se desplazan al Mundial de Qatar. | Twitter: Marea Roja

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Los estadios del futuro, coches de alta gama, grandes edificios vanguardistas y el lujo son algunas de las imágenes que le vienen a la cabeza a cualquier persona que piense en Doha y en la atmósfera en la que se disputa el Mundial de Qatar 2022. La incalculable inversión para organizar el gran evento deportivo del año está en la línea de los petrodólares que han brotado en mitad del desierto para elevar una ciudad que recibe muchos más turistas de los que habitualmente tiene. Desde el primer momento ya se evidenció que el evento tendría problemas para alojar a todo el que quisiera desplazarse hasta los emiratos, pero la alternativa ofrecida dista de las comodidades y el 'glamour' que cabría esperar de un destino como la actual capital del planeta fútbol.

Algunos aficionados han encontrado hotel en función de sus posibilidades y otros habrán tirado de amigos o colegas de conocidos para alojarse en Doha, donde otros han tenido que marcharse hasta un inmenso descampado en el que se van instalando barracones. Es la opción a la que han recurrido varios seguidores españoles, que han relatado su experiencia a El País. La factura es de 200 euros por noche solo alojamiento en pequeños habitáculos en los que se pueden cubrir las necesidades básicas, pero que no disponen ni de la imagen ni de las facilidades que cabe esperar ni por el precio ni por el estándar de calidad de los establecimientos del país que organiza el Mundial.

Los seguidores que se han desplazado a esta zona para seguir la Copa del Mundo de fútbol también han visto como el espacio para barracones se va ampliando al momento, es decir, que se van añadiendo más habitáculos a medida que van apareciendo más posibles huéspedes. De hecho algunos cuentan que han tenido que esperar cerca de siete hora para recibir su llave porque se estaban colocando nuevos espacios en las parcelas para seguir dando cobijo a todos aquellos que tratan de encontrar una cama a un precio al alcance de sus bolsillos.