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Clemente Alonso lució ayer capa de supermán, Xavi Llobet corona de príncipe destronado, el mercadalenc Juli Martí ejerció de profeta en su tierra y la francesa Alexandra Louison exhibió casta. La Extreme Man 113 cosechó un éxito total entre los 645 participantes de los que 16 no completaron el trayecto. 'Hat trick' de Clemente Alonso, ganador en 2010, 2011 y 2012, doblete de Louison (2010 y 2012) y triple corona en equipos para el conjunto menorquín formado por Fredo Portella, Josep Mercadal e Iván Canet. Fornells cobijó un botín que los menorquines se encargaron de dejar claro que debe cuidarse celosamente. Menorca ama el triatlon y viceversa.

A las siete de la mañana la bahía lucía un ambientazo. A esa hora en la que lo normal un domingo es que doce de cada diez lectores duerman y no sabes si lo que brilla es la luna o el sol que está a punto de salir, casi 2000 personas arroparon a los 645 valientes que tomaron la salida. El arranque de la natación, en algunos momentos, rozó una pelea barriobajera. Los nervios pudieron a algunos participantes que se encararon entre ellos, entre empujones, golpes y arañazos. Típico. Desde un primer momento, Xavi Llobet tomó la delantera. El catalán, olímpico en Atenas 2004, fue el primer nadador en completar los 1900 metros al hacerlo en (23:55) en mitad de un ambiente sano y saludable en el que sobró algún cigarro que apestaba el aire entre el público.

Tras el pase del agua a la bicicleta, el público optó por ir a desayunar lo que literalmente colapsó los servicios de Fornells. Algunos tuvieron que bajar a Es Mercadal a comer algo. Mientras, los titanes seguían a lo suyo. Con 85 kilómetros por delante, Llobet mantuvo la cabeza de carrera donde se desfondó el otro favorito, Alonso. Por los menorquines, Juli Martí ofreció un recital de constancia, seguido de cerca por Paco Arnau, del Lô Esport, que intentó plantar cara a su amigo.

Las dos cuestas no parecieron inquietar a los atletas de élite, aunque sí a algunos amateurs, que sufrieron de lo lindo para lidiar con el circuito. Los ciclistas, escoltados perfectamente por la Guardia Civil que hizo una excelente labor, disfrutaron del calor de la afición a su paso por la rotonda que une la M-15 con la M-7 (la de Fornells), donde se agolparon los más fieles. Los otros, se acomodaron alrededor de un refresco y un bocata a la espera de que regresaran.

No se hicieron de rogar, a las 10:03 Llobet cambiaba la bicicleta por las deportivas y enfilaba la carrera a pie. Empezó entonces un duelo espectacular entre el catalán y Alonso que en los 21,1 kilómetros de carrera atrapó al francés Olivier Marceau, que completó el podio y que por entonces iba segundo, remontó los más de cuatro minutos que le separaban de Llobet y se alzó con la victoria para asombro de todos en los últimos tres kilómetros y sacándole más de dos minutos. El público se entregó al ganador, que esperó en la zona de meta a Llobet para felicitarle por una carrera bestial pero que al final no tuvo su recompensa. Al catalán se le escaparon algunas lágrimas mezcla de rabia, emoción e impotencia.

El otro carrerón menorquín
Fredo Portella, Josep Mercadal e Iván Canet lograron su tercera victoria por equipos en otras tantas ediciones. Pero lo más impactante fue que en las tres pruebas estuvieron compartiendo tiempo con los atletas de élite, algo que les supuso una alegría inmensa, casi tan grande como el simple hecho de terminar la carrera.

En natación, Josep Mercadal salió el primero en equipos, muy cerca de Llobet, mientras que en la bici, Fredo Portella fue el segundo por equipos. A pie, demostración de Iván Canet, que fue el mejor y entró en meta justo después de Alonso.

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