Naos cargadas de historia, un auténtico museo marítimo en danza, realizaron el primer recorrido de la prueba internacional que se celebra en aguas menorquinas hasta el sábado | Javier Coll

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El cutter bermudiano Hallowe'en (1926) se colocó al frente de la clase Big Boats (barcos de más de 23 metros) tras la disputa este jueves de la primera jornada de la XIV Copa del Rey Panerai de barcos de época que, hasta el sábado, reúne una flota de 60 embarcaciones históricas de 12 países en el Club Marítimo de Mahón.

La embarción armada y patroneada por Inigo Strez, que navega en representación del Royal Irish Yacht Club (RIYC), se impuso tras una emocionante llegada en puerto que pudo contemplarse desde el paseo marítimo de la capital menorquina.

El Hallowe'en, barco que mantuvo el récord de la Fastnet desde el año de su botadura hasta 1939, aventajó en apenas 15 segundos en tiempo real al Moonbeam IV, el William Fife III de 1914 vencedor en las ediciones 2014 y 2015 de la Copa del Rey Panerai. La diferencia se incrementó hasta 01:34 minutos al compensar los tiempos. Aunque el Moonbeam es 11 años más antiguo y monta aparejo de cangreja, su mayor eslora (33 metros frente 25) le obliga a navegar alrededor de 15 segundos más rápido por cada milla recorrida. El Moonbeam III (1903) ocupa el tercer puesto provisional, después de ceder casi ocho minutos respecto a su hermano menor.

«¡No siempre puedes ganar a los dos Moonbeam!», declaró emocionado Inigo Strez al llegar a puerto. «Hemos hecho una buena salida y hemos navegado por delante hasta que la brisa ha caído y la flota nos ha dado alcance. En ese momento hemos tomado una serie de decisiones tácticas que han sido acertadas y hemos conseguido llevarnos la victoria», concluyó.

El estreno de la Copa del Rey Panerai tuvo menos viento del esperado. El anuncio de 15 o más nudos no se cumplió y el Gregal (NE), que fue rolando a Tramuntana (N) durante la jornada, no superó en ningún momento los 12 nudos, llegando a soplar en algunos tramos por debajo de los 6.

La organización optó por montar un recorrido costero de 16,3 millas náuticas, con salida frente a la bocana del puerto natural de Maó, desmarque, baliza a unas cinco millas al este de Punta Prima, Illa de l'Aire por estribor y llegada en el interior del puerto.

En la categoría de barcos anteriores a 1950 y con aparejo bermudiano (Epoca Marconi), el Cippino, del armador Daniel Sieleki, dejó claro que quiere repetir el triunfo de la Regata Illes Balears Clàssics del Club de Mar Mallorca. El velero argentino, un diseño de German Frers de 1949, invirtió 3 horas, 18 minutos y 32 segundos, obtuvo una ventaja de algo menos de tres minutos sobre el Rowdy (1916), armado y patroneado por Brendan McCarty, que, no obstante, obtuvo el mejor registro en tiempo real, con 2 horas y 59 minutos.

Tres de los once barcos de la Copa del Rey Panerai con más de 100 años de vida copan los primeros puestos de la clase Época Cangreja, que cuenta con 12 inscritos. El Olympian, un William Gardner de 1913, fue el más rápido en completar la travesía costera (3:04:06) y consiguió superar en apenas 38 segundos al segundo clasificado una vez aplicadas las compensaciones, el italiano Linnet (1905), patroneado por Patrizio Bertelli. El Kelpie (1903) cierra este cuadro de honor de barcos centenarios.

El Argos (1964), de la armadora Bárbara Trilling, un diseño Holman, inició con buen pie su participación en la categoría de Clásicos (barcos de 1950 a 1975) y mostró con claridad que su objetivo es repetir el triunfo del año pasado. Guía (1967), el Sparkman & Stephens de Jordi Costa, ocupa la segunda plaza provisional, seguido de un velero legendario, Il Moro di Venezia (1975), que fue el más veloz de toda la flota con una marca de 2 horas y 53 minutos.

En Espíritu de Tradición, donde concursan embarcaciones construidas en fibra (RI Clásico) o que han sufrido alguna modificación, el Puma 34 Lohengrin (1974), de Paco Bacquelaine y Sergio García, se situó por delante del Calima (1970), de Javier Pujol, el barco que más veces ha ganado la Copa del Rey Panerai (10) y que este año deberá luchar hasta el último bordo para prolongar su leyenda. El Legolas (2003), de Jens Ricke, tercero en discordia, también debe ser tenido en cuenta.