Rafael Nadal, en una reciente imagen. | PETER FOLEY - PF GD - EFE - EFE

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En vísperas del inicio del Masters 1.000 de París, el último de la temporada, el 'manacorí' Rafael Nadal aseguró que acabar el año en el puesto de número uno de la ATP no es una obsesión, pese a que tiene opciones de hacerlo por cuarta vez en su carrera.

«Duermo igual de bien cuando soy número 1 que cuando soy número 2. Por supuesto que prefiero ser número 1, pero estoy muy contento con la temporada que he hecho. El inicio fue complicado. Antes del pasado torneo de Montecarlo era difícil imaginar que estaría en esta posición. Estoy orgulloso del año que he completado», aseguró el mallorquín.

Nadal recuperará el puesto de número uno el próximo cuatro de noviembre pase lo que pase en París, porque el serbio Novak Djokovic, que ocupa esa posición por el momento, fue finalista en la capital francesa y en Londres la pasada temporada, por lo que tiene muchos puntos que defender, a diferencia del español. Pero el puesto definitivo se decidirá en el las Finales AtP que afrontará a los ocho mejores del año en Londres entre el 10 y el 17 de noviembre próximos.

Consciente de que las dos competiciones que restan son bajo techo, donde menos triunfos ha logrado, Nadal aseguró que tratará de hacer algo «especial». Empezando por París, uno de los torneos que faltan en su sala de trofeos, que reconoció que no se le da bien y que en el pasado ha afrontado con dificultades, con frecuencia físicas.

Pero Nadal insistió en que acabar como número 1 no es una obsesión. «En el pasado ya he tenido que jugar un partido más para ser número 1. Fue el caso en 2017, que tuve que venir aquí a ganar un partido. Ahora es diferente. Este año no he ido a China. Tengo que buscar prioridades. Los últimos años mi objetivo no es ser número 1, es organizar mi calendario para que pueda jugar el máximo tiempo posible. No voy a jugar partidos de más para acabar número 1», señaló.

En todo caso, Nadal aseguró que no cambia la cabeza del ránking por levantar un Grand Slam, porque «se gana en la pista». Reconoció que en 2008, cuando alcanzó el número 1 por vez primera en su carrera, «fue algo muy importante, porque llevaba cuatro años siendo número dos y jugando un gran tenis».

El español se mostró «muy satisfecho» de su temporada, que recordó que empezó de forma complicada, con problemas físicos que venía arrastrando del año anterior, cuando solo pudo jugar siete torneos completos. «Es un año para estar satisfecho, con todo lo que se ha conseguido, he ganado dos Grand Slam, estoy en una posición muy buena del ránking, he ganado otros torneos y estoy aquí feliz de disfrutar un año que no parecía tan bueno al principio como al final ha sido», comentó.

En la pelea por el número 1, este sábado se entrenó con su rival por el puesto, Djokovic.
«Esto es un deporte y hacer de un juego una anormalidad o una rivalidad sacada de contexto sería un error. No entiendo el deporte así y mis rivales principales tampoco. Por eso vivimos una época en el tenis que se vive con bastante normalidad todo lo que va ocurriendo», afirmó.