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Después de verse obligado a renunciar a disputar las semifinales de Wimbledon por lesión, Rafael Nadal aprovecha el paréntesis que le ofrece la competición para disfrutar de unas breves vacaciones en aguas pitiusas. Ibiza y Formentera suelen ser escalas habituales en los períodos de descanso del ganador de 22 títulos de Grand Slam que pasa unos días en su catamarán acompañado por sus amigos antes de regresar a los entrenamientos con la vista puesta en la gira estadounidense.

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Una rotura de siete milímetros en la zona abdominal mandaron al traste las opciones de Rafael Nadal en el All England Club. A su regreso a la Isla el pasado fin de semana ha iniciado unas jornadas de descanso. El propio jugador adelantó que por su experiencia estaría entre tres y cuatro semanas de baja, pero que en breve podría volverá a saltar a la pista para realizar ejercicios específicos que no puedan agravar su última lesión. Mientras se cumplen los plazos el nuevo número tres de la clasificación mundial disfruta de una de sus pasiones, el mar, y de algunos de sus rincones favoritos de las pitiusas.

El propio Rafael Nadal ha sido el que ha compartido una imagen en sus redes sociales mostrando un atardecer en el que se intuye el perfil de es Vedrà, uno de los lugares más reconocibles de la geografía isleña. No dispondrá de mucho margen para disfrutar de las islas vecinas, ya que, si la recuperación avanza por buen camino, en breve tendrá que enfrascarse en la preparación de su próxima cita. Antes de lesionarse en el tercer grande del curso había señalado el Masters 1000 de Canadá como su siguiente cita en el calendario, así que no contará con demasiado margen para preparar la cita que arrancará en Montreal el próximo 7 de agosto. Será la antesala antes de abordar un nuevo reto en el US Open, que alzará el telón el 29 de agosto.