Blai Llopis, de revisiones previas, de la mano del    cardiólogo, Dr.Ramis.

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Quedan apenas dos semanas para que el ultrafondista Blai Llopis, de 34 años e hijo y nieto de los recordados médicos de Ciutadella que llevaban su mismo nombre, se cita nuevamente con el desafío, en esta ocasión y como único representante de Menorca y de las Illes Balears, para retar el Everest. Llopis, que ultima su preparación para uno de sus mayores retos deportivos después de haber superado y con nota hace unos pocos meses la Marathon des Sables, acudirá a la internacional Everest Trail Race 2022.

Desde el próximo 6 de noviembre al 19 de noviembre– suponiendo seis días de competición– Blai Llopis deberá hacer frente a una de las pruebas más duras del planeta, suponiendo una carrera de autoconsumo y por etapas, en la que el ciutadellenc deberá completar 170 kilómetros, con hasta 26.000 metros de desnivel positivo.

La Everest Trail Race 2022 se desarrolla en el Himalaya de Nepal y específicamente en la zona del Solukhumbu, entre los 2.000 y los 4.100 metros de altitud, que supondrán una prueba de magnitud para Llopis, quien deberá llevar encima todo lo necesario para ser autosuficiente y marcar su propio ritmo.

Llopis sale de un accidente

El reto para este menorquín-malorquín es doble ya que, además de la complejidad de la cita, Llopis la afronta después de salir de un accidente laboral que le trastocaría todos sus planes. Después de completar la Ultra Trail d’Eivissa (110 kms)– posterior a la Marathon des Sables–, el balear. Una vez empezado el 2022, «todo lo planificado se fue por la borda», exclama a «Es Diari», Llopis, debido a un accidente laboral. «Un elevador de palés me pasó por encima de los dos pies y estuve apunto de perderlos», subraya. «Después de un tiempo y de pensarlo decidí ir hacia el Himalaia a afrontar mi nuevo reto, la Everest Trail Race». El plan diario hasta poder empezar a correr y preparar el Everest, «3-4 horas de rehabilitación para recuperar lo mejor posible el movimiento de los dedos y su fuerza; y que las fisuras de todos los dedos se soldaran bien», detalla Llopis, muy agradecido a todos los que lo han hecho posible.