Aroa, junto a su padre y también piloto, Bruno | B.F.

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Se llama Aroa Fernández Adrián, tiene 17 años, es nacida en Ciutadella y hace dos temporadas que compite y a un gran nivel en el Campionat de Balears de velocidad Open 250cc. Hija del piloto campeón de Balears de Supermotard, Bruno Fernández, el 2021 esta joven talento del motor quedó tercera de Balears y el pasado 2022 fue primera durante toda la temporada, hasta la última prueba, en la que solo le bastaba hacer dos quintos puestos. Sin embargo, la carrera se declaró en mojado y Aroa sufrió una importante caída en la primera manga, dejándola fuera de competición, con una luxación de clavícula e impidiéndole seguir. Una lesión que la privó de toda opción de ser campeona, siendo finalmente tercera de Balears.

Este 2023 está marcado en rojo en el calendario familiar, ya que la piloto competirá en la Mir Racing Cup, copa española de ocho pruebas que se realiza íntegramente en la península. Una decisión clara con la idea de seguir creciendo en el mundo de la velocidad y también por el desolador escenario en Menorca. «Aquí es difícil crecer, en estos momentos hay algo más de ambiente pero hasta hace poco entrenaban ella, otro niño y yo», señala su padre, Bruno, quien nos detalla que junto a Aroa, tan solo hay otra niña en la Isla, «que empezó a entrenar el año pasado con nosotros». A nivel balear, en las dos temporadas que lleva compitiendo la ciutadellenca, siempre se ha mantenido en posiciones de podio, ganando incluso varias pruebas de las que en Menorca, de las ocho, solo se disputa una; para las demás debe irse a Mallorca a competir.

La piloto de Ciutadella, durante una carrera del pasado curso 2022 | B.F.

Actualmente Aroa Fernández usa una premoto3 (250cc) y entrena en el circuito de Sa Costa Nova durante los fines de semana, si el tiempo lo permite. «Tenemos mucha suerte de que Llorenç Casasnovas nos dé facilidades para poder entrenar en su casa, ya que ni en Menorca ni en Mallorca se puede entrenar», asevera el padre, orgulloso de ver como su hija sigue sus pasos en el asfalto. Como piloto, dice Bruno, su hija es «tranquila, regular, centrada y muy fina a la hora de pilotar; tiene potencial pero aquí es difícil poderlo sacar. Tiene futuro pero es un deporte que si no vives en la península es bastante difícil poder llegar lejos», reflexiona en voz alta.

Entusiasmo desde pequeña

Como no podía ser de otra manera, a la piloto de Ciutadella las motos le llaman la atención, «desde bien pequeña, cuando venían a verme a mí, pero empieza a entrenar con ocho años, cuando le regalamos su primera moto de cross. Y poco a poco ha ido dando pasos adelante», explica su padre. «Es una chica que le encanta lo que hace, siempre antepone el entrenar con el salir con las amigas y al mismo tiempo no las deja de lado».

Un deporte, cierra Bruno Fernández, «bastante caro. En realidad te puedes gastar lo que quieras. Exactamente no podría decir pero solo contando los viajes para poder competir y teniendo que viajar siempre fuera de Menorca uno ya se puede hacer una idea», zanja el piloto.

El apunte

Su padre ya no compite «por la falta de ayudas»

Un clásico en el Campionat de Balears de Supermotard durante años, Bruno Fernández sería la temporada 2015 cuando se proclamaría campeón de Balears, ganando varias pruebas. Sin embargo, el padre de Aroa, ya no compite en las Islas, básicamente, «porque no se convocan carreras de mi categoría y fuera de España tampoco me lo puedo permitir porque es muy costoso», admite.

El Balear ya no se celebra y la Federació Balear de Motociclisme, lamenta el ciutadellenc, «no nos ayuda en nada, no nos da ninguna facilidad ni para poder entrenar ni para poder competir. De hecho, cuando nos vamos a Mallorca con mi hija si no son dos pilotos que compitan no nos dan la ayuda del barco», asegura muy contrariado.