Tita Llorens, en Argentina con un miembro de la organización | S. Pons

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Tita Llorens se encuentra en Argentina, donde entre el 2 y 10 de febrero intentará una nueva gesta en aguas abiertas y sin traje de neopreno; unir a nado el Río de la Plata, entre Uruguay y Argentina, 42 kilómetros de unas aguas muy complejas y diferentes. La ciutadellenca se está adaptando estos días al cambio horario y a las temperaturas, mientras se ejercita en una piscina, para tener la musculatura preparada para lanzarse a las turbias aguas sudamericanas.

Tratándose de un reto que viene de tiempos de pandemia –cuando las autoridades uruguayas impidieron a Llorens completar ida y vuelta (90 kilómetros)–, la ciutadellenca aseguraba este jueves a «Es Diari» que dentro de este abanico de días, «el único día que pinta un poco bien es el lunes, pero tampoco es ideal», decía, muy pendiente de las mareas. «Sin embargo, este lunes por la tarde entra viento sur y no sería bueno», admite. Para el Río de la Plata necesita viento «nordeste o noroeste; o que no sople nada», bromea, pendiente de decidir el día exacto.

Si se confirma, este sábado partirá hacia Uruguay. «Me encuentro muy animada, creo que he hecho el trabajo bien y lo único es que las condiciones son muy diferentes a mis otras travesías, de aguas marrones y dulce», matiza. Eso sí, todo indica que las temperaturas del agua sí serán buenas, de 24-25 grados, para una Llorens que medita si antes de iniciar su nueva locura, se probará antes en el río. «Creo que lo que me queda por hacer antes del gran día lo haré en piscina», señala, tras llegar, junto a la organización, Open Water Argentina, de dar una vuelta en barca por uno de los deltas que desembocan en el río. Siempre acompañada de su inseparable pareja, Siscu Pons, y de la nadadora y ‘fisio’, Sofia Moll.