Riudavets, en el centro, en un acto de reconocimiento

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Luto en el deporte menorquín en general y en la familia del bádminton en particular por la muerte de Jaume Riudavets Serra, ocurrida el pasado sábado, día 11, a los 56 años de edad, tras una dura enfermedad.

Pepe Costa, uno de los rostros más importantes del bádminton menorquín, evoca, al ser cuestionado desde esta redacción por Riudavets, que se trataba de una persona «afable y amable», un tipo «emprendedor», sigue Costa, y que hizo incursión en el mundo del bádminton menorquín a través de la figura «de su hijo, Carlos», hace de eso «más de dos decenios».

«Cuando su hijo empezó a jugar en el Club Bádminton Maó, se implicó mucho en la entidad, ayudó mucho», detalla Pepe Costa. Tiempo después, con el pase de Carlos Riudavets al Menorca BC, su padre, a cuya memoria van dedicadas estas líneas, hizo idéntico trasvase.

Una capacidad de implicación y de cooperación, la que mostró en esos clubes, que Jaume Riudavets hizo extensiva a la delegación insular de bádminton. «Siempre estaba ahí para echarnos una mano; a mí, a Carlos Daroca, a todos; sentimos mucho su pérdida, la verdad», prosigue Costa, que también concede al fallecido Jaume Riudavets el mérito de lo que un tiempo después fueron los Jocs Esportius Municipals. «Siempre pensó que una competición entre poblaciones sería positivo y tendría buena acogida», subraya Costa.

Además, entre sus proyectos, que lamentablemente Jaume Riudavets no podrá hacer cuajar, se encontraba la intención de glosar la «historia del bádminton» en un libro, para lo que reunió «mucha información y documentación», concluye Costa al recordar la figura de una «gran persona». Jaume Riudavets Serra, descanse en paz.