Ona Carbonell posa en Cala Es Murtar, donde tiene casa y veranea desde niña, durante una de sus estancias en la Isla. | Javier Coll

TW
1

Ona Carbonell será el rostro estrella de la tercera edición de las jornadas ‘Dona, Activitat Física i Esport’ que promueve el Consell en el marco del Día Internacional de la Mujer, con el objeto de dar mayor visibilidad, normalidad y presencia al deporte femenino, y que se prolongarán desde hoy, día 9, al 12 de marzo.

La nadadora catalana, que desde que nació, en junio de 1990, veranea en Cala es Murtar, y que tiene en la Isla su «rincón favorito del mundo», según confiesa, admite que «será un placer estar otra vez en Menorca». No en vano, Ona acostumbra a decir que sí «y con los ojos cerrados», a cualquier «propuesta u ofrecimiento, y sin saber què es» que proviene de nuestra latitud.

En esa ocasión, hablará «sobre mujer, sobre deporte, sobre conciliación, sobre la importancia de la actividad física, de la salud… esos serán los conceptos», desvela Ona, que disertará en un entorno que define de «inmejorable», ante «muchos amigos», pues «la verdad es que la mitad de mi vida ha discurrido allí».

La deportista, que es la mujer con más medallas mundiales (23), y que ha participado en tres Juegos Olímpicos, rompió tópicos en relación a la maternidad y el deporte femenino al acudir a los JJOO de Tokio, en verano de 2021, apenas 40 días después de alumbrar a Kai, su primer hijo, lo que implicó un proceso de tremenda exigencia y que la catalana glosa, en primera persona, en el documental «Ona Carbonell. Empezar de nuevo».

Charla

En cierto modo, esa experiencia sin casi parangón sustanciará parte de su alocución de mañana en Maó. «Sí, en parte, pero en principio hablaré más de los valores del deporte, lo que me ha aportado para formarme como la mujer que soy en la actualidad, pero después sí que abordaré lo que sería la ‘Ona 2.0’; la Ona madre, la que intenta visibilizar la conciliación en el deporte y en el mundo en general…», precisa la nadadora, en cuyo reportaje vital proyecta una exponencial capacidad de sacrificio y sufrimiento, lo que obliga a otra cuestión. La preparación para acudir a los JJOO, que además en su preámbulo estuvieron ataviados de la incertidumbre generada por la pandemia acerca de su disputa o cancelación definitiva, ¿resultó más dura física o sicológicamente? «Sicológicamente», admite Ona sin vacilar.

Aunque el aspecto físico también implicó un derroche por encima de la media, luego de mes y pico de haber parido. «Físicamente, lo más duro fue dormir poco, fue como una terapia de tortura, también fue lo más difícil para las doctoras, el preparador físico, la entrenadora… porque si entrenas diez horas al día, no duermes, no descansas… aunque sicológicamente también fue duro, con ese sentimiento de culpabilidad, de no estar realmente ni en un lugar ni en otro; no fue fácil en absoluto», abunda Ona, que no rechaza que la referida inquietud sobre si los JJOO se iban a celebrar o a suspender, o el tenso riesgo de asumir que un mero positivo por covid, en cualquier nadadora del equipo nacional, habría significado su inmediata eliminación antes de la cita olímpica, «también se hizo duro».

Embarazo, alumbramiento, retorno casi inmediato para preparar los JJOO, todo sazonado con el estado de pandemia al que se abocó el mundo entre 2020 y 2021… se hace difícil imaginar alguna otra deportista o mujer que haya sido capaz de convivir en ese grado de exigencia y tensión. Ona tira de modestia ante este planteamiento, rehúye los méritos y asegura no sentirse excepción.

«Hay mujeres que seguro fueron madres durante la pandemia y se han encontrado en situaciones peores que la mía… fue la suma de una serie de factores muy peculiares; poco tiempo de preparación, la pandemia, maternidad, todo… pero en fin, cada mujer pasa lo suyo, tiene su propia historia, y no creo que ninguna sea más importante que la otra», observa. Alcanzar la igualdad entre géneros en el mundo del deporte es otro de los horizontes por el que Ona Carbonell trabaja y batalla. El camino recorrido, echando la vista como tres o cuatro decenios atrás, es considerable, pero aún resta un largo trecho por delante, para llegar a la meta ansiada. En cualquier caso, la nadadora catalana es optimista y ‘cree’ que sí se alcanzará ese pretendido equilibrio entre sexos, que no queda tan lejano, «aunque debemos seguir trabajando, seguir visibilizando, explicando historias, las de todas las mujeres para que entre todos, hombres y mujeres, lograr esa igualdad», sugiere.

Otra realidad que todavía «es tabú», subraya la propia Ona, en el mundo del deporte, «aunque creo que lo estamos cambiando», recalca, es el embarazo de la mujer. En las líneas previas hicimos alusión a su caso particular, en el preámbulo de los JJOO de Tokio, paradigmático para abrir los ojos al mundo. «No hay porqué renunciar a ser deportista de élite para ser madre, ni a la inversa; se puede conciliar todo, pero a la vez, cabe visibilizar todo eso, reivindicarlo, pues necesitamos que cambien algunas cosas para poder hacerlo de verdad», apostilla Ona, que por último, reconoce que «con mucha calma», y luego de ser madre por segunda vez, en junio del año anterior, ha vuelto a reemprender su actividad en la piscina.

Ona Carbonell, una mujer ejemplar en el universo deportivo femenino y una gran amante de Menorca, mañana en el Consell. Palabra de Ona.

El apunte

La charla de Ona, el viernes en el Consell

La intervención de Ona Carbonell, en el marco de las jornadas ‘Dona, Activitat Física i Esport’, tendrá lugar el viernes, día 10, en la sede del Consell, en Maó. La intervención de la nadadora se producirá bajo el título ‘Conciliació familiar i esport d’alt nivell’. Al margen de Ona Carbonell, la atleta Maria Vasco, primera española en lograr medalla olímpica en la prueba de marcha, será otro de los rostros destacados de las jornadas que impulsa el Consell.