Selfi de los deportistas el pasado sábado, durante la entrega de las equipaciones para los juegos | I.M.

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El papel de los deportistas menorquines que representan a Menorca en los Island Games en la disciplina de vóley playa tiene un mérito especial. Se trata de un deporte en el que las condiciones son complicadas para entrenar y en el que hay poca competición. Con todo, en este bienio la igualdad ha estado muy patente en la fase de clasificación hasta el punto de que se decidió en el último set del torneo final, donde Francesc Bagur y Pepe de Olivar tiraron de experiencia para imponerse a Joan Rotger y David Serra. En féminas, las ex jugadoras del CV Ciutadella, Magda Kralikova y Vanesa Ruiz, se impusieron con firmeza.

Con todo, el equipo contará con la mezcla de experiencia e ilusión. Ruiz es la más experimentada del grupo puesto que ha representado a Menorca en todos los juegos desde Rhodas 2007. En Grecia, la ex del CV Ciutadella logró la medalla de oro junto a Montse Cardona. En 2009 y 2011 el vóley playa no se incluyó en el programa y regresó en Bermudas 2013, donde Ruiz, acompañada de Maria Bonafont, revalidaron el oro. Dos años más tarde, en Jersey, las menorquinas se colgaron la medalla de bronce, mientras que en Gotland 2017, ya junto a Magda Kralikova, se hicieron con la plata.

En hombres, la experiencia la aporta De Olivar, quién sabe lo que es morder una medalla. En Bermudas 2013 logró el bronce junto a Ramón Linares. En los dos últimos juegos ha competido junto a Bagur.

Las cinco medallas que lucen en el palmarés menorquín colocan al equipo como uno de los rivales a tener en cuenta para Gibraltar, aunque comentan los propios jugadores que se esperan un salto de nivel y unos rivales más complicados que en los últimos años. El vóley playa es, sin duda, uno de los deportes que más seguimiento tiene en los juegos dada la afluencia de público que hay en los diferentes recintos, aunque no necesariamente se juegue en una playa.

De hecho, en las dos últimas ediciones la competición ha tenido lugar en la plaza principal de Jersey y en una zona de parking del polideportivo de Visby, en Gotland.

La expedición menorquina cuenta con una dificultad añadida ya que durante el invierno se hace complicado poder entrenar en las playas de la isla y se trata de una disciplina que no cuenta con competición doméstica. Las complejidades para entrenar obligan a ingeniárselas a los seis representantes menorquines que estarán ayudados por Eduardo Robsy Petrus, en las funciones de delegado.

El equipo femenino estará formado por dos exjugadoras del CV Ciutadella con experiencia en la alta categoría como son Vanesa Ruíz y la checa Magda Kralikova. Ya jugaron juntas en Gotland y ahora repiten en Gibraltar con vistas a luchar por asentarse en el podio.

Magda, en modo competitivo, explica que «el objetivo tiene que ser mejorar el resultado de hace dos años» y añade, bromeando, «y llegar a Gibraltar sin tener que usar la biodramina». La checa, ex jugadora profesional de vóley pista y ahora ejerciendo como entrenadora, ve los juegos como «una oportunidad para que la gente joven crezca a nivel deportivo compitiendo fuera de la Isla y en competición internacional». A la hora de analizar rivales, Kralikova cree que los adversarios más fuertes serán «Cayman, Saarema y Gotland, además del viento» ya que Eolo puede condicionar en gran medida el juego. Como consejo, al equipo debutante, la checa apuesta: «Que disfruten de una experiencia así».

El equipo masculino tampoco lo ha tenido fácil. La pareja de debutantes no solo reside fuera de la isla por trabajo sinó que ni siquiera viven cerca. David Serra, de 27 años, es profesor en Cataluña, mientras que Joan Rotger, de 28, ejerce la misma profesión en Mallorca. Por ello, se han propuesto reencontrarse en Menorca el mes de junio y entrenar al máximo. Los dos descubrieron juntos el vóley playa hace 8 años. «Empezamos con un grupo de amigos, con una red que llevábamos a la playa y jugábamos un vóley ‘de supervivencia’», explica Joan, quien admite que «si entonces nos hubiesen dicho que llegaríamos a jugar unos Island Games, jamás nos lo habríamos creído». «Estamos ante una oportunidad única, un evento que me hace especial ilusión porque competiremos a nivel internacional», concluye.

«Es un gran orgullo», admite Serra, quien recuerda con mucho cariño como empezaron como un hobbie y han ido mejorando hasta disputarle la clasificación a Bagur y De Olivar en la final. «Estamos muy agradecidos a Francesc y a Pepe por todo lo que nos han enseñado, por todo lo que nos han explicado de los Island Games», valora el docente de Ciutadella.

Plaza por valores

Serra y Rotger viajarán a los juegos tras conseguir la plaza de valores a raíz de una serie de méritos no únicamente deportivos y disfrutarán de la primera ocasión en la que Menorca lleva dos equipos masculinos a la competición. «Será impresionante, nos encontraremos un nivel al que no estamos acostumbrados y supone un auténtico reto apasionante», admite.

La voz de la experiencia, en este caso, la pone Pepe de Olivar. Ganador de la medalla de bronce en 2013, vivirá en Gibraltar sus cuartos juegos. «Este año me lo tomaré de forma diferente, iré a disfrutar, a aprovechar cada momento al máximo y jugar sin presión», explica este yesero y escayolista de 37 años de Ciutadella, quién llegó al vóley playa en 2008 tras sufrir una lesión en la rodilla jugando a vóley pista cuya rehabilitación le llevó a la arena y abriéndole una nueva visión.

«El único consejo que les daría a David y a Joan es que disfruten al máximo y que lo den todo, independientemente de que ganen o pierdan, que terminen el partido satisfechos consigo mismos porque es espectacular, recuerdo lo que sentí yo en Bermudas y es muy grande», explica un De Olivar que desea: «Ojalá Francesc Bagur también sepa lo que es ganar una medalla, estaría muy bien y se lo merece».