El entrenador del Avarca, Bep Llorens, durante un partido de esta temporada | Josep Bagur Gomila

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El peor Avarca de la última década. Cuanto menos, en su arranque de curso. No en vano, el equipo que entrena el menorquín Bep Llorens ocupa, en una temporada que presumía importantes alegrías en su preámbulo, una discreta octava posición en la clasificación de la Regular de la Liga Iberdrola de voleibol (sobre doce conjuntos), cuando ya son seis las jornadas que han discurrido de la primera vuelta (la mitad de la misma, y únicamente dos triunfos han conquistado las ‘avarcas’ en ese trecho, uno en sus últimas cinco apariciones).

Si bien el cuadro de Ciutadella mostró visos de mejora en su decepción más reciente, la sufrida en pista del Sant Cugat barcelonés (líder de la competición, junto con el Kiele Socuéllamos), durante la que firmó un notable primer set, para sin embargo desmoronarse progresivamente después, a medida que el partido evolucionó (3-1), paradójicamente es ese uno de los puntos cardinales que comprende el jeroglífico en que actualmente reside el Avarca; su incapacidad para acreditar una línea de consistencia y plena regularidad a lo largo de un mismo partido.

Ciertamente, existe margen, y amplio, para crecer y mejorar. La temporada apenas ha dejado atrás media docena de compromisos y el Avarca, uno de los clubs más poderosos del país, concentra en su plantilla suficiente calidad, recursos y experiencia como para poder invertir una dinámica que en cualquier caso ya le ha complicado el primer gran objetivo del curso; disputar la Copa de la Reina.

La incógnita acerca de la respuesta que el colectivo de Ciutadella será capaz de ofrecer se despejará en adelante, a medida que avance la presente campaña. Pero lo que ocupa es el presente, y en virtud de los precedentes, la coyuntura no permite cuestión ni réplica; se trata, por el momento, del peor Avarca de la última década, que es también el ciclo ininterrumpido que hasta el momento cumple Bep Llorens al frente de su banquillo (siempre en alusión a la máxima categoría). Y así reza en la cronología.

Recorrido

Después de conquistar por dos veces consecutivas el título de campeón de la actualmente denominada Liga Iberdrola (Superliga entonces) en el bienio 2011-2012, y a lo que antecedió el subcampeonato conseguido en 2010, trienio dorado acaudillado por el manchego Chema Rodríguez desde el banquillo, el CV Ciutadella no ha podido volver a saborear las mieles del éxito, pero tampoco nunca antes hubo facturado una apertura de temporada tan pobre en registros.

Así, el en el primer curso posterior al título de 2012, el equipo de Ciutadella era quinto tras los primeros seis partidos, con 10 puntos, y concluyó la temporada como sexto clasificado (en una liga de diez equipos). Al año siguiente, temporada 2013-14, el equipo menorquín, era sexto, con 9 puntos y 3 victorias, una vez consumida la jornada 6; acabó quinto en un torneo liguero con doce clubs en liza.

La comparación entre presente y pasado reciente es más dolorosa si cabe en los años siguientes y más recientes por tanto, puesto que el Avarca en el curso 2015 era tercero a estas alturas (12 puntos, cuatro victorias), finalizando el mismo como cuarto clasificado.

En 2015-16, el cuarto puesto era el límite del Avarca tras seis partidos (y el séptimo lugar, su calificación final), mientras que en 2017 igualó puesto definitivo, siendo el quinto clasificado a estas alturas, equiparándose en número de victorias, dos, al mal arranque del presente, a la sazón en un campeonato de once equipos.

En 2017-18, el Avarca era cuarto luego de seis jornadas de un calendario que restituyó la docena de equipos, y que las chicas de Bep Llorens culminaron en quinto lugar, lo que se calcó en 2018-19, tanto al inicio como al epílogo. En la temporada 2029-20, que fue cancelada a causa de la pandemia de la covid, en marzo de 2020, el equipo menorquín era tercero con 15 puntos tras la jornada 6 (y al no finalizar la competición, la federación dejó la misma sin campeón y sin clasificación definitiva).

Por último, el curso previo, en que el cuadro de Ciutadella era cuarto en esta primera ‘curva’ de la temporada (4-2 de récord), y terminó la liga en tercer lugar, después de ser superado en semifinales por el Alcobendas madrileño, un cercano antecedente que incluso incrementa la percepción de decepción que se cierne sobre el actual colectivo que entrena Bep Llorens.

Octavo clasificado tras seis partidos, con solo dos victorias cosechadas, más cerca del descenso y del último lugar (tres puntos por encima) que de su pronosticada plaza en la Copa de la Reina (a seis), el Avarca Menorca está suscribiendo el peor arranque del último decenio y de la ‘era Llorens’.