Luz Casal durante uno de los conciertos que ofreció en el Teatre Principal | Javier Coll

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Veni, vidi, vici. Eso es lo que ha hecho Luz Casal este fin de semana en Menorca, donde en su primera visita ha logrado conquistar al público menorquín que tanto el viernes como ayer acudió al Teatre Principal de Maó. Era, además, por una buena causa, con dos conciertos benéficos organizados por la junta local de Maó de la Asociación Española Contra el Cáncer, para recaudar fondos para la investigación contra esta lacra que azota a diario a la sociedad.

Luz Casal ha presentado en la Isla «Almas gemelas», su último disco, aunque no dejó pasar la oportunidad para premiar a los presentes con una selección de sus mejores canciones.

El sábado, el teatro presentó una muy buena entrada, con unas 500 localidades vendidas, un dato mejor que el viernes, que fue algo flojo. Sin embargo, esto no quitó espectacularidad al concierto.

Contrastes

La artista gallega, acompañada por sus músicos, inició su repertorio con la canción que pone título a su último trabajo, el más internacional de su carrera, pero pronto demostró que venía dispuesta a recordar sus más de treinta años en los escenarios. Lo hizo con «Dame un beso» (2002) y más tarde con temas archiconocidos como «Entre mis recuerdos», «No me importa nada» o «Piensa en mi», entre otros.

Casal propuso una actuación con momentos más pausados y otros donde reinaron las canciones más marchosas. Y a cada cambio de estilo, un vestuario acorde con él.

Así, inició el repertorio con un elegante vestido negro e interpretando temas muy sentidos, como «Ella y yo», que escribió mientras combatía el cáncer, «Besaré el suelo» o «Un nuevo día brillará», canción con la que dio por acabado el primer tramo del concierto.

Luz desapareció del escenario mientras los músicos iniciaban la parte instrumental de «¿Por qué no vuelves, amor?», y al instante apareció ella con un atuendo rockero que ya advertía un cambio de registro. Como de la noche al día, pasó del negro al cuero blanco para encarnar a la Luz Casal más cañera. Fue el momento en que logró la máxima conexión, físicamente hablando, con el público.

Y es que si en el primer tramo del concierto la artista lo conquistó sentimentalmente, ahora lo hacía levantándole de sus asientos, especialmente a aquellos que estaban en los palcos y cerca de los pasillos de platea, que vibraron y ovacionaron a la cantante con cada canción, «Si vas al olvido», «Pedazo de cielo», «Loca», «Rufino» o «Es por ti», con la que Casal arrancó otra ovación al cantar el estribillo en catalán («Boig per tu»).

Y tras el éxtasis llegaron la pausa y los nuevos sonidos de Luz Casal, ahora con otro elegante vestido, rojo pasión, y calmando los ánimos con «Piensa en mÍ» o «Historia de un amor», y se adentró exitosamente en la bossa nova con «Wave». Por último, y para cerrar la velada, la de Boimorto entonó «Te dejé marchar» y un último mix de temas que lograron que el público despidiera la anoche en pie y vitoreando a la artista.

Un exitoso homenaje a los enfermos

Estos conciertos han sido especiales, no solo para los asistentes, que al finalizar los conciertos salían con cara de satisfacción de la sala, sino también para la artista, que aseguró que «nunca voy a olvidar estos días que he pasado en Maó». Y es que la sintonía fue total con el público.

Desde la AECC, el presidente de la juntade Maó, José Pons, dio a todos la bienvenida y las gracias, especialmente a Luz Casal, quien a lo largo de la noche tuvo palabras de apoyo para las personas y las familias que sufren por el cáncer.