Mezquida conquistó al público marsellés con su atrevimiento y virtuosismo | Carles Domènec

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El pianista de Jazz Marco Mezquida (Maó, 1987) acabó ovacionado la noche del jueves, al final del concierto que interpretó en Marsella (Francia) junto al guitarrista flamenco Chicuelo y el percusionista Paco de Mode, en el marco de la 25 edición del festival Fiesta des Suds.

«Es el quinto concierto con Chicuelo, en una producción propia en colaboración con el Taller de Músics de Barcelona, que acabamos de estrenar en la Fira de Manresa», declaró Mezquida, quien apuntó que «el proyecto ha tenido una buena recepción incluso antes de la difusión del primer vídeo promocional, sin ser muy consciente de ello ha suscitado interés y expectación, ya hemos actuado en los CaixaForum de Barcelona, Zaragoza y Madrid, y estaremos en el de Palma el próximo 29 de noviembre».

El jazz delicado y a la vez enérgico de Mezquida se cruza en escena con la guitarra flamenca. Uno de los puentes entre los dos estilos es la improvisación, el otro es el origen popular. «Tengo un sonido personal pero me adapto fácilmente hasta llegar a un sonido de grupo. Con Chicuelo me encontré con el reto del mundo flamenco, que no era fácil, pero ha sido todo natural y hemos creado un repertorio que potencia nuestras posibilidades personales», argumentó Mezquida, quien añadió que «los dos somos músicos muy versátiles, el resultado es una conversación».

Tras los solos de Paco de Mode y Chicuelo, llegó el del menorquín, ya en la recta final del concierto, que fue celebrado con una especial intensidad por medio millar de espectadores. Mezquida es contenido, clásico y refinado en escena, y al mismo tiempo es capaz de volcar todo su ímpetu y bagaje, con talento, atrevimiento y virtuosismo. Así lo entendió el público que llenó uno de los escenarios de Docks des Suds, un recinto de origen portuario que acoge el festival que programa música de todos los estilos. «El Jazz es un océano, un lenguaje lleno de caminos», insistió el pianista. La actuación marsellesa formó parte del ciclo «Cabaret Catalan», que organizó el Institut Ramon Llull y el Govern balear para promocionar la creación de Catalunya y Balears.

«Poder estar en la primera división es lo que siempre he deseado desde que era un niño, tengo los pies en el suelo pero no me esperaba que todo esto llegara tan pronto, los últimos tres años han sido un momento muy dulce para mi carrera», señaló Mezquida, quien recordó que «llevo un promedio de unos ciento ochenta conciertos al año, de Japón a Francia, Portugal o Suiza, ahora actúo en Madrid, con 29 años tengo la suerte de ser uno de los pianistas más solicitados, he grabado una cincuentena de discos con los mejores músicos del país y me siento fuerte al defender mi música y la de mucha otra gente».

Mezquida quiso recordar Menorca: «los primeros 6 o 7 años en Barcelona, fuera de la Isla, no potencié demasiado la relación con Menorca pero eso cambió en el 2013, con un concierto que propuse y, desde entonces, he regresado cada año, siempre con gran expectación». El músico aseguró que «me alimento de la música popular y, en este sentido, la influencia que recibo de Menorca es importante, es un centro de inspiración y de paz». Además, indicó el pianista menorquín que «ahí estudié con excelentes profesores, que me permitieron llegar a Barcelona siendo ya músico y preparado psicológicamente».