La parte central de la exposición está formada por una colección formada por siete grabados de grandes dimensiones. | I. Ll.

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Aunque nacida en Madrid (1962), la artista Isabela Lleó se siente balear, de Mallorca concretamente, una isla en la que reside desde hace 23 años. Instalada en una casa de campo, en el municipio de Santanyí, el entorno de esa zona le resulta especialmente inspirador, un espacio que tiene que ver mucho con el proyecto artístico con el que, por primera vez en su carrera, aterriza en Menorca. Se trata de la exposición «Ametller, hivern», que esta tarde (19 horas) se inaugura en el Centre Internacional de Gravat Xalubínia, en Alaior.

De las paredes de una de sus salas colgarán hasta el 30 de este mes, como parte principal de la muestra, siete grabados de grandes dimensiones (120 x 100 centímetros) en los que los protagonistas indiscutibles son los almendros de la zona rural en la que vive. Unos árboles que, por culpa del abandono y algunas enfermedades, produjeron en la artista una sensación «de un paisaje fantasmagórico», confiesa.

Unas imágenes que a Lleó se le quedaron grabadas en la retina «con la espectacular luz del invierno», y que tras convertirse en fotografía llegaron a su destino final artístico convertidas en grabados tras pasar por planchas de contrachapado, entre otros procedimientos de grabado.

«El cuidado de los árboles me inspira y le da sentido al devenir, determina bajo el signo temporal del contraste la relación precisa del hombre con el universo», sostiene la artista, quien entiende «Ametller, hivern» como un homenaje a la naturaleza. Lleó, estudiosa del arte del grabado en países como China o Japón, ha hecho suya esa filosofía oriental de que el elemento humano en una obra es siempre secundario. En su caso, ni siquiera aparece, otorgando todo el protagonismo al elemento natural no humano.

La muestra de la artista mallorquina se completa en Menorca con otra colección de grabados, más pequeños y de diferente temática, y unas esculturas construidas con ramas de líquenes, metidas en porcelana y horneadas, unos trabajos que el año pasado mostró en la exposición «Sculpture by the Sea» en Sidney.

Y es que Lleó es una artista multidisciplinar. Centrada ahora en los grabados, también ha trabajado la abstracción y el paisaje, y en estos momentos confiesa estar retomando la escultura. Licenciada en Arte y Comunicación Visual, carrera que cursó en Alemania, cuenta en su haber también con una nutrida filmografía dentro del campo del cine experimental, con el que también ha abordado la temática de los almendros.

«No todo se puede expresar con la misma técnica o con los mismos materiales», argumenta la creadora, quien sostiene que «si tenemos años de vida por delante se pueden hacer todavía muchas cosas».