Los poetas participantes en Illanvers, más los organizadores, Pere Gomila y Llucia Palliser | Gemma Andreu

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Decir que Illanvers es un evento cultural consolidado se queda corto. No ha sido un camino fácil el suyo, con algunos años de dificultades y alguna pausa forzosa, pero la fiesta nacida en torno a la poesía, y posteriormente extendida hacia otras artes, acumula ya nada más y nada menos que catorce ediciones a sus espaldas. Una cita doble que este verano vivió su primera entrega el viernes en el Pati de Sant Francesc del Museu de Menorca y que repitió anoche en Can Saura, Ciutadella. Una vez más, el público volvió a responder ante la llamada de un espectáculo artístico que este año bien podría resumirse con una sola palabra, elegancia.

Illanvers sigue consiguiendo logros, y el más importante de este año ha sido poder contar con poetas de las cuatro islas. Algo que según recalcan desde la organización, al frente de la que se sitúan Pere Gomila y Llucia Palliser, ha proporcionado al festival poético una sensación de unión artística.

Así, fueron desfilando por el escenario Maria Teresa Ferrer (Formentera), que presentó composiciones de su primer poemario, muy ligado a la tierra; Eva Tur (Eivissa), con sus versos de toque mágico y simbólico; desde Mallorca llegó la intensidad de la extensa obra de Emili Sánchez Rubio, y Miquel Àngel Llauger, quien realizó un interesante repaso a su producción poética.

‘Jugaban’ en casa el veterano Joan Triay y sus poemas nacidos desde muy adentro y la joven Anaïs Faner, que se estrenó recitando en directo pero dando la impresión de ser alguien ya experimentado para poner voz a sus poemas de juventud. Por su parte, Margarita Ballester obsequió al público con algunos poemas inéditos, que al igual que el resto de las composiciones recitadas formarán parte de una nueva edición de la publicación «Xibau».

Y todo sucedió mientras Francesc Florit Nin daba rienda suelta a su creatividad para adornar Illanvers con su pintura en directo, escuchando también de fondo a la guitarra de Margui Juanico, que acompañó a los poetas y además musicó versos de autores menorquines. Una noche repleta de arte en la que también se quiso homenajear a Joan Brossa de la mano de la voz del actor y rapsoda Lluís Vinent.