Las hermanas Aura y Laia, en el fondo de la imagen, durante uno de los ensayos de la pieza teatral | L.V.

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No es la primera vez que las hermanas Laia (Maó, 1991) y Aura Foguet (Maó, 1995) colaboran en un proyecto artístico. La primera, periodista, guionista y realizadora audiovisual, ya dirigió en 2019 a la segunda, actriz y dramaturga, en el cortometraje «Ca Nostra». Un año en el que comenzó a fraguarse también un nuevo proyecto, en este caso teatral y titulado «Alhayat, o la suma dels dies», que está a punto de estrenarse y para el que han fundado su propia compañía, bautizada como La Viciosa.

Los orígenes de la historia a la que ambas han dado formar hay que buscarlos en 2016, cuando Laia, junto a una de las actrices protagonistas del montaje, Georgina Latre, viajaron al campo de refugiados de Lagadikia (Grecia). Un lugar en el que se embarcaron en un proyecto de voluntariado para construir una biblioteca.«Allí nos encontramos con gente que estaba triste, enfadada y también muy aburrida, y pensamos que podíamos aportar algo», rememora Laia.

En tres meses el centro de lectura estaba en pie, un logro que con el tiempo se ha convertido también en una obra de teatro con un mensaje claro, recordar la existencia «de unos espacios que parecen existir solamente para la gente que habita en ellos, de los que ya no se habla», reflexiona Aura: «Nuestra intención es crear un espectáculo para dar voz a quienes se les ha negado», añade.

«Alhayat», que en árabe significa «la vida», es una obra inspirada en hechos reales para la que Aura también se desplazó posteriormente a Lagadikia como voluntaria. Así, entre las hermanas, han dado forma a un texto para el que, más allá de las aportaciones de las experiencias personales, se han servido de entrevistas a refugiados y el visionado de documentales. Todo para en cerca de 75 minutos poner de manifiesto la «importancia de una biblioteca para poner a la literatura como motor de cambio y conexión entre culturas», resume Aura.

Trabajar mano a mano entre hermanas, por lo bien que se conocen, tiene muchos más pros que contras. «A nivel sensorial, de cómo entendemos lo que queremos explicar, coincidimos, nos parecemos mucho», reconoce Laia, quien se ha ocupado más de la estructura, mientras su hermana se ha centrado en la estética. El resultado es un proyecto compartido que esperan que sea el primero de muchos otros al frente de La Viciosa.