Las obras comenzaron a ejecutarse hace un par de semanas y la previsión es que puedan estar listas antes de noviembre. | Josep Bagur Gomila

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Los responsables del Ateneu de Maó han visto como el volumen de público que asiste a sus actividades ha aumentado de forma notable en los últimos años. Prueba de ello es que en numerosa ocasiones su principal espacio, la Sala Victory, resultaba pequeña y mucha gente se quedaba fuera. Una situación que comenzó a analizarse en el seno de la entidad cultural mahonesa ya en 2018 y que se tradujo el año pasado en la aprobación de un proyecto de reforma y distribución de los espacios interiores del primer piso.

Los planes iniciales eran que el proyecto diseñado por el arquitecto Miquel Barca empezara a ejecutarse aprovechando la parada estival pero los efectos de la pandemia hicieron que se retrasase hasta hace un par de semanas. En ese sentido, la presidenta del Ateneu, Margarita Orfila, sostiene que ha sido una prioridad poner el proyecto en marcha, especialmente en una época en la que toda la actividad está marcada por las restricciones de aforo.

Y es precisamente en ese aspecto, en el del espacio, donde sale ganado la entidad con esta actuación. La Sala Victory se destinará ahora a otras funciones, de oficinas, pero la redistribución servirá para abrir una nueva sala de unos 150 metros cuadrados que permitirá triplicar el aforo, hasta las 180 personas.

Además, añade Orfila, se trata de una zona que cuenta con un diseño para dividirse en tres espacios diferentes que permitirían celebrar actos simultáneos. Así, contará con una sala central, con capacidad para 75 personas, y dos laterales con espacio para 50 cada una. La actuación se aprovechará también para dotar a la sede de todos los elementos tecnológicos necesarios, «con un sistema audiovisual adaptado al siglo XXI», señala Orfila. Cabe recordar que la previsión de que, mientras perdure el cierre de Ocimax, será esa sala la que acoja las proyecciones del cineclub y el ya clásico ciclo de cine negro. Además, está previsto poner al día gran parte de las instalaciones materia de seguridad y prevención.

Orfila prefiere no hablar de plazos de una forma concreta, se limita a decir que «el ritmo es bueno» y que la intención es que las obras de rehabilitación puedan estar listas «antes de noviembre». En lo que se refiere a la inversión realiza, señala que «no superará los 200.000 euros».