Desde la Associació Arqueologia i Patrimoni sostienen que más allá del trabajo de campo, resulta fundamental trasladar a la población el avance en las investigaciones. | Josep Bagur Gomila

TW
0

«Estamos dentro de la oscuridad de la prehistoria», comenta el arqueólogo Ismael Moll desde el interior del talayot del yacimiento arqueológico de Sant Agustí, en el municipio de Es Migjorn Gran. «Lo que pretendemos es poner un poco de luz», continúa, a todo ese misterio en torno a la funcionalidad de esas emblemáticas construcciones. Una información que se encarga de iluminar un camino en el que se avanza poco a poco.

Estos días se está poniendo punto final a la cuarta campaña del primer plan quinquenal de excavación que se hace en ese yacimiento. Un periodo en el que se ha logrado el objetivo que se perseguía: terminar de excavar el corredor que da acceso al interior de la construcción principal.

Ello ha implicado profundizar hasta la roca, y en este caso ha servido para documentar que «hubo contacto de la cultura talayótica con el mundo fenicio» a través de las piezas de cerámica. Una relación de la que se tenía conocimiento en otros yacimientos de la Isla, pero no todavía en el de Es Migjorn Gran.

La interpretación de los hallazgos sirve también para confirmar que el corredor quedó colapsado en un momento aún por determinar entre los siglos V y II antes de Cristo. Lo que en su día fue un lugar de paso dejó de tener esa función para pasar a acumular diversos materiales.

«Ha sido una campaña provechosa», avanza Moll, quien advierte que las averiguaciones que se puedan realizar quedan ahora pendientes del trabajo de análisis en laboratorio. En las últimas semanas se han encontrado, además de mucha cerámica, restos de fauna, arcilla quemada y semillas carbonizadas.

Lea la noticia completa en la edición impresa del 06 de noviembre en Kiosko y Más