Espacio doméstico del yacimiento arqueológico donde han aparecido los últimos hallazgos.  | Josep Bagur Gomila

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Las campañas de excavación que desde hace 20 años llevan realizando los Amics del Museu de Menorca en el yacimiento de Torre d’en Galmés siguen arrojando luz sobre el que sin duda es uno de los espacios arqueológicos más emblemáticos de la Isla. El equipo, que durante los pasados veranos se ha centrado en investigar la zona norte del yacimiento, prácticamente intacta desde la década de los 80, sigue avanzando en sus tareas alrededor de las construcciones existentes. «Después de dos años despedregando, hemos empezado a llegar a zonas de ocupación, en niveles y contextos muy interesantes», reconoce Carlos de Salort, codirector del proyecto de investigación junto a Borja Corral y Antoni Ferrer.

Unos estudios que, gracias a las pruebas de radiocarbono 14, han permitido datar los restos humanos allí encontrados en el siglo III antes de la nueva era, en la época talayótica final. Un hallazgo realizado en el espacio doméstico objeto de investigación, que se corresponde    con un individuo adulto, aunque su estado no ha permitido averiguar si se trata de un hombre o una mujer.    La investigación pretende ahondar en diferentes teorías sobre la razón de la disposición de los huesos, que aparecieron amontonados. La hipótesis es que ese descubrimiento sea «sincrónico», avanza Salort, con otros restos humanos que acaban de aflorar y que están pendientes aún de jornadas de trabajo para poder profundizar.

A pocos metros de ese esqueleto se ha encontrado otro importante tesoro: hasta un total de 34 asas de ánfora utilizadas como pesas de telar. Elementos que ya se habían documentado en otros espacios del yacimiento pero no de una forma tan significativa.

«Después de años excavando en niveles menos agradecidos, ahora estamos llegando a suelos de ocupación, donde transitaban las personas», relata Salort en torno a los importantes avances que están consiguiendo. Un trabajo que este año han sacado adelante gracias a la colaboración de 40 personas como voluntarios, la mayor parte de ellos estudiantes de diferentes universidades. Esperan que durante la semana que queda de trabajo aparezcan nuevos tesoros, antes de dedicar la parte final de la campaña, el resto del mes, a los trabajos de laboratorio. El próximo 19 de agosto    (19 horas) se    organizará una jornada de puertas abiertas para explicar las novedades a los interesados.