La propuesta de la compañía combina sobre el escenario a actores profesionales con personas que han sido protagonistas de historias similares a las que se narran.

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A través de sus diversos géneros y formas, desde sus orígenes el teatro ha tratado de comprender y buscar respuestas a la complejidad humana.En ese marco, la compañía Frec a Frec recurre al arte dramático, además, como una herramienta para trabajar los valores. Fórmula con la que vienen experimentando desde hace años y que en Menorca se podrá comprobar el próximo día 20 gracias a la representación en el Teatre Principal de una de sus producciones, «Siyahamba». Un claro ejemplo del tipo de teatro que desarrollan, interactivo y que invita a la reflexión, en este caso sobre un tema que, tristemente, no deja de estar de actualidad, la migración.

Así, la puesta en escena de este montaje invita al espectador no solo a pensar sobre la acogida de personas migrantes y refugiadas. «Siyahamba» también es una invitación a participar en la obra de manera activa, dialogando con los personajes a partir de juegos propuestos por la compañía, que modera la conversación    con los espectadores. La obra representa situaciones cotidianas con las que el público puede sentirse fácilmente identificado, y aborda aspectos como la responsabilidad individual hacia la situación de los refugiados.

Todo ello tomando como base la relación personal que se establece entre una pareja de barceloneses y otra de personas que han tenido que abandonar su país de origen. La obra, que nació como una propuesta de Fons Català de Cooperació y creció gracias al trabajo de Frec a Frec en la labor de investigación recogiendo testimonios, llega ahora a la Isla de la mano del Fons Menorquí de Cooperació. Entidad para la que esta pieza teatral supone una oportunidad para invitar a reflexionar «de una manera amena y cercana», sobre uno de sus principales ejes de trabajo: el movimiento de personas.

El director de «Siyahamba», Joan Monells, explica que la seña de identidad de la compañía, que inició su andadura en 1995, «es que tratamos siempre temas muy cercanos, y no lo hacemos desde un punto de vista general, sino relatando historias a partir de casos concretos». Una metodología de trabajo, argumenta, que propicia una conexión mucho más directa con el público. De cuya respuesta se muestra muy satisfecho por «la emoción demostrada» desde que el montaje se estrenó el pasado octubre. «Es un espectáculo catártico, pretendemos que la gente salga revuelta del teatro y con más preguntas», resume el director.

Otra de las peculiaridades de la obra es que su elenco de actores cuenta con personas que vivieron situaciones e historias similares a las que se narran en la pieza teatral, protagonistas que, además de con el público, interactúan también con artistas profesionales.