Alterio, fotografiada este miércoles en Ciutadella | MARC HERRANDO / FICME

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Días de verano, tiempo para disfrutar del séptimo arte al aire libre. Esa es la propuesta del Festival Internacional de Cine de Menorca (Ficme) con una proyección especial enmarcada en el programa cultural de Fosquets de Líthica. Las canteras acogerán esta noche (21.30 horas) la proyección de la comedia «Toscana» con la asistencia de una de sus protagonistas, Malena Alterio.

Segunda vez que nos visita este año. ¿Le tira la Isla?
— (Risas) La isla me tira siempre. Hay que tener en cuenta que fue el lugar de mis vacaciones durante parte de la infancia. Veraneé varios años en esta isla maravillosa y la verdad es que guardo un recuerdo increíble.

¿Le parece un lugar cinematográfico?
— Absolutamente. No sé si decirlo muy alto, no vaya a ser que venga demasiada gente por aquí y se llene de cineastas. Pero tampoco sería una mala idea que se hicieran muchos proyectos por aquí, ¿no crees?

La verdad es que como plató no está muy explotado.
— A esta Isla hay que retratarla, hay que llevarla a la pantalla grande para dejarla inmortalizada, aunque ya lo está de por sí. Estaría bien para la gente que no la conozca, el cine es un buen vehículo para mostrar este tesoro.

La película se proyectará en un enclave tan espectacular como Líthica, un espacio ideal para el cine al aire libre.
— Tener un entorno tan idílico siempre juega a favor, y adornarlo con nuestro trabajo está muy guay. El público podrá ver una película bonita, amable y hecha con mucho cariño.

¿Alguna otra razón de peso para ir a ver «Toscana»?
— Te puedo decir que es una película hecha con mucho amor; sencilla pero con mucho encanto. La gente se va siempre contenta, con una sonrisa en los labios porque ha visto algo amable pero que también te puede tocar el corazón. Creo que cada uno de los personajes está muy bien construido y todo nos va llevando a esa situación tan curiosa de un secuestro, de aquella manera, en el que está involucrado el personaje de Edu Soto.

La sinopsis que se puede leer en la nota de prensa ya resulta bastante hilarante…
— Es un guión muy ingenioso de Pau Durà, dirigido e interpretado también por él… Es un chico del Renacimiento, hace de todo (risas).

¿Cómo ha sido trabajar con él?
— Fantástico. Lo bueno que tiene es que como también es compañero actor, a la hora de dirigir no tiene problema en modificar lo que sea; es alguien con quien se genera mucha complicidad. Durà conocía ya a los otros protagonistas, Francesc Orellá y Edu Soto, yo era la nueva del grupo, pero me acogieron estupendamente. Les echo mucho de menos y me gustaría poder compartir con ellos este regalo que me hace el festival.

Háblenos de su personaje
— Todos los personajes de «Toscana» tienen una pedrada importante, pero el que interpreto yo tiene un buen corazón, y eso se ve. Sin hacer spoilers, puedo decir que es una psicóloga un poco loca y disléxica.

Si miramos la agenda de Malena Alterio, parece que la cosa pinta bastante bien. Trabajo no le falta.
— No me quejo en absoluto. Soy muy afortunada. En la pandemia y después del confinamiento costó que la cosa volviera a ponerse en marcha. Y yo he ido enganchando un proyecto con otro. Justamente este mes pasado se han estrenado tres pelis mías. Estoy muy agradecida a la vida, a la profesión y a los productores porque sigan contando conmigo tanto en el teatro como en el cine.

Y en la televisión. ¿Habrá nueva temporada de «Vergüenza»?
— Me encantaría, pero terminó. Era un proyecto de Movistar diseñado para tres temporadas y ya está. Después de ver que tuvo tan buena repercusión se dejó el final un poco abierto por si cabía la posibilidad de seguir con las historia de mi marido, interpretado por Javier Gutiérrez. Al final lo meten en la cárcel, y la verdad es que prometía nuevas aventuras de este estúpido que no hacía más que meter la pata. Pero se acabó, así que a otra cosa.

Tele, cine, teatro… Si tuviera que elegir un medio sería…
— Me gusta hacer proyectos que me nutran y que me aporten cosas nuevas, que cuenten historias que hagan pensar, reír... Que movilicen a la gente. Me da igual un poco, el cine y la tele se van haciendo más cercanos el uno al otro, aunque, obviamente, depende de qué tipo de cine y de tele. Para mí, lo que es imprescindible y no me puede faltar nunca, porque creo que es volver a la esencia, es el teatro.

Algo que, supongo, ha heredado de su padre, Héctor Alterio.
— Es mi guía, mi gurú, mi faro. Es un referente maravilloso que tengo la fortuna de tener tan cerca. No es que sea un tipo que ande dando consejos, pero simplemente con observar cómo se mueve, cómo se maneja y cómo ha llevado su carrera, pues ya para mí es un ejemplazo a seguir. Y ahí está el muchacho, de 92 años, en escena con sus recitales de León Felipe.