Xavier Salvador | Gemma Andreu

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Xavier Salvador (Barcelona 1949) ha fallecido tras una fructífera trayectoria artística desarrollada en Menorca, a la que llegó a finales de los años 70 y donde empezó a pintar acuarelas y grabados con Mitico Shiraiva y Marcel Villier.

Anteriormente había ejercido como fotógrafo en Barcelona. También estudió en la Escola Massana y la Escola de Calcografía de Barcelona; y fotografía en la Ecole de Photografie de Geneve (Suiza), con un periodo de formación y viajes por Europa. Residió en Eivissa entre 1968 y 1970, unos años que influyeron decisivamente en su concepción del arte. «Me aborrece repetirme», afirmaba.

En una primera etapa en Menorca, de 1971 a 1974, trabajó como diseñador en la fábrica de bisutería Catisa (Carretero y Timoner, SA), vivió en el puerto de Maó y cala En Porter. Regresó a Barcelona, donde cursó estudios de grabado, y en 1977 regresa a Menorca con Mitico Shiraiva, su pareja, autora de numerosas pinturas; y el también artista plástico Marcel Villier.

Excepto los dos años que vivió en Navarra durante la primera mitad de los años 80, Xavier Salvador protagonizó toda carrera artística en la Isla. El crítico de arte Carles Jiménez lo definió en agosto del año pasado, con motivo de su exposición retrospectiva en la sala Sant Antoni de Maó, como «un pintor silencioso que, inadvertidamente, ha dejado en Menorca un sello único y singular».

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Explica Jiménez que «los 80 fueron años de investigación y ejercicio de la técnica; la huella de Matisse y Dufy se evidencia en las obras en las que dota el color de autonomía ante el motivo y hace que despliegue todo su significado. En otros casos buscó un sentido constructivo a la pincelada, interesándose por el color local para reproducir el color de los objetos representados. En estos años también aparecieron dos de los rasgos más distintivos en la obra de Xavier Salvador: el símbolo y la esquematización; y entre todos ellos, la casa, una construcción simple, con un tejado a dos aguas, aislada en el paisaje. Su estructura, esencial y humilde, nos remite a les casetes de vorera de las calas menorquinas y da una dimensión humana al paisaje».

En 1979 obtuvo el primer premio del Salón de Primavera del Ateneu de Maó; en 1986 el premio Les Corts de Barcelona; y en 1989 el Premi Festes de la Mare de Déu de Gràcia del Ayuntamiento de Maó.

Josep Portella indica que «en los años 90, con Biel Mercadal, serán los primeros diseñadores de la época dorada de las camisetas menorquinas de Pou Nou».

La obra de Xavier Salvador se ha expuesto y comercializado en Galeries Bennassar de Mallorca; La Galeria de Barcelona; Commenoz Gallery de Miami; Wimbledon Gallery de Londres; y Artara de Menorca.

Pintor, grabador, escultor y dibujante, Xavier Salvador nos interpela con esta reflexión: «Si pretendemos acercarnos al horizonte del futuro, se multiplica una vasta red de caminos interconectados. Ante tal incertidumbre tan sólo queda pensar que de cualquier modo lo que sea será distinto a lo que es, aunque en el fondo no sea más que una nueva ilusión».