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Suma y sigue, y ya van seis ediciones. El Cranc Illa de Menorca continúa afianzando su propuesta y definiendo su modelo en el año del gran regreso de los festivales tal y como los conocíamos antes de la pandemia. Atrás quedan ya las sillas y las distancias de seguridad, con la música abriéndose paso en el escenario de la terraza de Es Claustre que, por tercer año consecutivo, acoge la cita.

El festival arrancó la noche de este jueves con energía. Con una filosofía muy definida por parte de sus programadores, que apuestan por el lado más independiente de la industria aderezado con el talento emergente. En el Cranc siempre hay un sitio para los artistas locales. Y fue precisamente la menorquina Anna Ferrer quien tuvo el honor de hacer que sonaran las primeras notas del festival.

Y de la Isla, el cartel saltó a México con la propuesta de Kevin Kaarl, uno de los varios intérpretes foráneos de la que sin duda es la edición más internacional del festival. El azteca tiene una legión de fans y representa uno de los fenómenos más sorprendentes de los últimos tiempos. El cantautor folk, acompañado de su hermano con voces, teclados y vientos,  levantó pasiones, suspiros y hasta alguna que otra lagrimilla entre los numerosos y acérrimos seguidores que se agolpaban en las primeras filas.

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Es Claustre sirvió también  para que desplegara todo su magnetismo El Último Vecino, con Gerard Alegre al frente. La formación demostró sin esfuerzo sobre las tablas su querencia por los sonidos de los 80 y 90 con buenas dosis de frescor.

Para cerrar una jornada vibrante, la madrileña Rocío Saiz demostró una vez más estar sobrada de carisma sobre el escenario. Con el activismo por bandera y un repertorio repleto de canciones bailables, su directo puso el broche de oro a una velada como preludio de tres intensos días más de música. Juana y Sus Hermanas, a los platos, ofrecieron una sesión ecléctica y repleta de temazos.

El Cranc, que este año se ha desplazado ligeramente en el calendario, de principios a finales de mes, comenzó así a dar forma a una banda sonora a la que todavía quedan muchas horas de música.