Políticos y técnicos con el gesto emblemático de la candidatura. | Gemma Andreu

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Candidatura solvente y vía expedita, al fin, para que el comité de la Unesco reanude en 2023 sus reuniones anuales en las que designa los lugares del mundo que se incorporan a la declaración de Patrimonio Mundial. Tiene buenas cartas, por tanto, Menorca para que tras 12 años del inicio del proceso, la cultura talayótica obtenga este reconocimiento.

Ese fue el mensaje pleno de optimismo que vertió ayer en Maó el ministro de Cultura, Miquel Iceta, frente al talayot de Trepucó, en su visita a este yacimiento. Junto al de la Torre d’en Galmés,    ambos lugares son los destinatarios del millón de euros con los que su departamento ha subvencionado sendas intervenciones.

Acompañado por la presidenta del Consell, Susana Mora, el conseller de Cultura, Miquel Àngel Maria, el conseller balear de Fondos Europeos, Universidad y Cultura, Miquel Company, y el alcalde de Maó, Héctor Pons, Iceta fue el centro de atención antes de escuchar las explicaciones del jefe del Servicio de Patrimonio del Consell, Simón Gornés, sobre Trepucó y sus actuaciones.

La presencia del ministro en Menorca coincidió con la reunión extraordinaria del Comité de Patrimonio Mundial, en París, en la que la embajadora de Arabia Saudita, la princesa Haifa Al Mogrin, asumió la presidencia de este organismo después de que el embajador ruso dimitiese a finales de noviembre. El cambio desbloquea de facto la situación de parálisis de la Unesco desde la invasión de Ucrania que impidió celebrar la reunión anual del Comité en julio, por el bloqueo de los países europeos. En esta reunión debía decidirse la incorporación de Menorca a la lista de Patrimonio Mundial.

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Año nuevo, futura designación, dieron    a entender tanto Miquel Iceta como el conseller de Cultura, Miquel Àngel Maria. El ministro valoró el trabajo realizado y justificó su optimismo porque aunque en el Mediterráneo hay mucho patrimonio histórico «de estas características el de Menorca es único, por eso su candidatura es un ofrecimiento al mundo de la alegría que supone haber podido conservarlo».

La conclusión es que el punto de madurez de la candidatura menorquina «hace que estemos muy convencidos que lo lograremos y Menorca será la declaración número 50 en España como Patrimonio Mundial», señaló Iceta. El ministro también destacó «la cobertura política» del gobierno español a través de su embajada ante la Unesco «para conseguir que haya votación mayoritaria a favor de Menorca».

La declaración de la Isla no debe suponer, dijo el ministro, «ningún cambio en el turismo que viene, que nadie se asuste porque no dañará el territorio, será un estímulo que no afectará al equilibrio de la Isla».

Respecto al destino del millón de euros del Gobierno a dos de los mayores yacimientos menorquines, el miembro del Ejecutivo nacional quiso destacar que «hacemos un seguimiento pero no por desconfianza sino por interés». Se han arreglado caminos, señalizaciones, nuevas excavaciones y también promoción, son recursos muy bien empleados», como han valorado los expertos que han visitado la Isla, «y coinciden en que valdría mucho la pena la inscripción de Menorca.

Miquel Àngel Maria señaló que el regalo de reyes para la candidatura será conocer a partir de enero la fecha y el lugar donde se celebrará la reunión del comité. «No podemos decir que no tenemos ninguna duda pero sí altísimas esperanzas».