Arish Villa, enamorada de Menorca | Efe

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El sueño de Arish Villa (Sabadell, 1988) ha sido siempre el de ser escritora. «Cuando tuve que escoger la carrera me decanté por una que guardara relación con esa actividad», relata, y así fue como acabó licenciándose en Periodismo. Sus primeros pasos los dio en el diario «Mundo deportivo», donde cubrió informaciones relacionadas con el fútbol y Moto GP.«Como experiencia estuvo bien, no me arrepiento, pero no era lo que esperaba», confiesa Villa, que se mudó a vivir a la Isla a raíz de la pandemia.

Fue precisamente en Menorca donde retomó sus proyectos literarios y finalizó una novela que había comenzado en 2013, cuando trabajaba como azafata de vuelo. Una historia titulada «El ladrón de ilusiones» (2021) que tuvo continuidad con «Todos los faros alumbran Orión» (2022) para convertirse en una trilogía que se cierra con «Eternamente salvaje», que se publicó la semana pasada.

«Quería relatar las vivencias de una azafata porque parece un trabajo bonito, que mucha gente tiene idealizado, pero luego la realidad es diferente, nada que ver con lo que nos imaginamos cuando vemos a la tripulación uniformada en el aeropuerto», defiende.

Villa se nutre de la realidad para crear un mundo de ficción en el que África, la protagonista, tiene ciertos paralelismos con su persona, «de alguna forma es mi alter ego», reconoce sobre un personaje que, como ella, también acaba teniendo Menorca como destino. Así, realidad, ficción y los sueños de la propia autora moldean su producción literaria.

«Aspiro a poder ganarme la vida con la escritura. Escribir es un viaje en el que el tiempo pasa volando, es algo fascinante», resume Arish Villa, el seudónimo que utiliza para la literatura, un nombre que es un homenaje «a las mujeres de mi familia».

La trilogía es de alguna forma su opera prima. Tiempo atrás tuvo entre manos un manuscrito que despertó el interés de una editorial, pero los cambios que esta exigía «para hacerla más comercial» no convencieron a la autora.Es por esa razón que ahora apuesta por la autoedición, una etiqueta que reconoce tiene connotaciones negativas para una parte del público. «Muchos tienden a pensar que si no tienes una editorial detrás es porque el libro no debe ser bueno, pero supongo que es un concepto que irá cambiando con el tiempo. Yo he leído muchas novelas autoeditadas que son una maravilla», concluye.

El apunte

Novela romántica y de crecimiento personal, y ahora a por la histórica

Si las dos primeras entregas se pueden enmarcar dentro de un género como la novela romántica, la tercera, «Eternamente salvaje», que es la única ambientada en Menorca, «es más un libro de crecimiento personal, de encontrarse a uno mismo, de conocerse y aprender a quererse», explica. De cara al futuro cambiará de tercio con un proyecto de novela histórica.