El yacimiento arqueológico de Son Mercer de Baix. | R.E.

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La revista 'Trabajos de Prehistoria' ha publicado el estudio sobre la producción y circulación de piezas de metal en Menorca durante el llamado periodo naviforme, entre los años 1.600 y 850 antes de cristo, a partir del análisis de los yacimientos de Son Mercer de Baix (Ferreries) y Cala Blanca (Ciutadella), así como algunos lingotes inéditos que han aparecido en la Isla.

Se trata de un estudio, dirigido por Pau Sureda, investigador posdoctoral, que ahonda en la producción metalúrgica en las sociedades de la Edad del Bronce de Balears.

«La Prehistoria balear, por su singularidad y monumentalidad, ha sido una de las abanderadas de la ciencia arqueológica en España. Así, durante las últimas décadas no han dejado de sucederse hallazgos sobre algunos de sus yacimientos u objetos», ha explicado Sureda.

En este contexto, el investigador acometió un estudio sobre un conjunto material asociado a los dos únicos talleres metalúrgicos conocidos en todo el archipiélago balear durante el periodo naviforme de la Edad del Bronce en la Isla, tiempo durante el cual, tal y como ha destacado Sureda, «se desarrollaron y consolidaron prácticas sociales propias de las comunidades de Balears, al margen de las dinámicas históricas imperantes en la Europa continental».

La investigación pone el foco en dos yacimientos de Menorca, Cala Blanca y Son Mercer de Baix, la única isla en la que además se conocen explotaciones mineras de minerales de cobre.

«Hemos profundizado en varios aspectos de estos talleres, como su cronología, mediante varias dataciones de Carbono 14, o su funcionalidad específica. Además, hemos identificado y analizado múltiples evidencias de producción de metal y estudiado, con técnicas de Fluorescencia de Rayos X, varios lingotes inéditos que permiten relacionar la producción de metal con la circulación del mismo», ha señalado Sureda.

Entre los hallazgos, destaca la mayor homogeneidad productiva y el predominio de las aleaciones binarias de bronce en Son Mercer de Baix, con producciones cerámicas específicas.

En cambio, en Cala Blanca se registró más diversidad en las aleaciones y más heterogeneidad en los vasos, reciclados de otras actividades domésticas para su uso en los procesos metalúrgicos.

También se identificaron producciones ternarias de bronce plomado en cronologías tempranas en Son Mercer de Baix y se constató la probable producción local y uso de los lingotes de tipo pan pequeño, que pudieron servir también para abastecer las redes locales y regionales de intercambios metalúrgicos, surtiendo así de cobre al conjunto del archipiélago.