Leire Martínez fue el centro de todas las miradas sobre el escenario.

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Llevaban casi doce años sin actuar en Menorca (la última vez fue en 2012 en las fiestas de Maó), y se notó. La Oreja de Van Gogh se marcó el único ‘sold out' del Menorca Music Festival y correspondió a las 2.500 personas que llenaban el recinto con una sucesión de ‘hits' intergeneracionales, entonados al unísono por un público entregado y mayormente femenino.

Dicen los organizadores que carteles como el actual permiten a los menorquines asistir a conciertos que años atrás solo podían verse fuera. Y razón no les falta. Parte de los asistentes el martes eran parejas, e incluso familias enteras, llegadas de diversos puntos de la Isla y deseosas de escuchar en directo la colección de éxitos que el quinteto pop de San Sebastián se ha marcado desde su meteórica irrupción a finales de los 90.

Los abanderados del ‘Donosti Sound', que caracterizó a grupos como Aventuras de Kirlian, Le Mans o la Buena Vida, a la estela de Duncan Dhu, no escatimaron ni uno solo de los temas que han dado lustre a sus 28 años de carrera. Únicamente les faltó ‘Jueves', la canción que la Oreja dedicó al atentado de Madrid del 11-M y que parte del público pidió con insistencia, y sin éxito, antes de los bises.

Otra imagen de la actuación | LasFotosDeXavi | Xavier Marc Cirer Arnau

Un efectivo telón rojo de fondo encendió las luces del escenario y saludó la entrada de la banda. Sonaron los primeros acordes de «Cuídate» y centenares de personas empezaron a corear a la vez que Leire Martínez. «Detrás del tiempo me instalé...» cantó la voz de la Oreja, indiscutible desde que en 2008 supliera a Amaia Montero. Fue el centro de todas las miradas.

Uno tras otro, fueron cayendo los éxitos. Desde «París» a «Rosas», «Soledad», «Inmortal» o «Puedes contar conmigo», interpretados con sobriedad y sin alardes, ni concesiones a temas de menor relieve. Pablo Benegas a la guitarra y Xabier Sant Martín a los teclados apenas se permitieron estirar instrumentalmente un par de composiciones del repertorio. Una licencia que también se dio Haritz Garde en «La niña que llora en tus fiestas», golpeando con fiereza su batería.

«La Playa», la «canción más bonita del mundo», cerró el concierto. Pero la aclamación popular fue tan notoria que los músicos apenas tardaron unos minutos en reaparecer.

Sonó «Pop» y Leire se sintió la «reina» del escenario, del que se despidió con «Muñeca de trapo» y «20 de enero». «Yo quiero quererte o morir», entonó, y agradeció al público «por seguir confiando en la música en directo».

El apunte

El Menorca Music Festival atrae a 12.000 espectadores

El Menorca Music Festival encara la recta final de su tercera edición con un indiscutible éxito de público. Los organizadores calculan que ha atraído a 12.000 espectadores y ya han empezado los contactos para confeccionar un cartel para agosto de 2025 que abarque «al máximo de gente posible». Esteve Alfaràs, codirector de la productora Alrevés, promotora del festival, admite estar «contento» por la «buenísima respuesta» del público, que ha pasado de los 7.000 espectadores de la primera edición a los 9.000 de hace un año y los 12.000 de ahora. La Oreja de Van Gogh agotó el martes las 2.500 localidades, Melendi y God Save The Queen rozaron las 2.000 personas, Nil Moliner superó las 1.500 y David Bisbal, ayer, las 1.700. Una asistencia similar a la que se espera para el último concierto de Taburete de este viernes.

«Hay muchos festivales, como el Cranc o el Pedra Viva, pero ninguno como el nuestro», dice Alfaràs, quien contrapone el éxito del certamen al Lazareto Music & Gastro Festival, que el año pasado echó el cierre «y con el que nos solapamos en fechas, lo que es una aberración en Menorca». «Que nosotros sí hayamos sobrevivido ayuda a ver que estamos trabajando en el camino correcto», afirma.

El festival ya se considera consolidado y no se plantea salir del recinto ferial de Es Mercadal pues, «aunque en Menorca hay otros escenarios más bonitos e icónicos, ninguno nos ofrece tantas ventajas en infraestructura». Para muestra, el show de anoche de David Bisbal, «que ha llegado con cuatro tráilers y pantallas y ofrece en Menorca el mismo espectáculo que en el Sant Jordi de Barcelona, que ha girado por España y Sudamérica». De todos modos, la promotora trabaja con el Ayuntamiento para mejorar las opciones de aparcamiento para el próximo verano.

Este año el recinto ya es más grande y ha ampliado su oferta gastronómica y de ocio, con diversos foodtrucks y un village que ofrece actuaciones de artistas locales antes de los conciertos. Estrella Damm, Banc Sabadell, la cadena hotelera Melià y Trasmed permiten sostener el millón de euros de presupuesto del festival, que este año ha recibido, aunque todavía de forma «simbólica», las primeras ayudas de la administración.

Alfaràs muestra su desacuerdo con la política de la Fundació Turisme Menorca de dar más dinero a otros certámenes fuera de la temporada, «porque el nuestro contribuye a dinamizar Es Mercadal y Menorca. Genera retorno y vamos a realizar un informe para demostrarlo».

El director insiste en que «los conciertos no masifican la Isla, sino que cumplen una función estratégica y cultural, también para los menorquines, que así pueden ver en la Isla a los grupos que antes solo podían ver cogiendo un vuelo».