La escritora y periodista argentina inaugura en la Illa del Rei una nueva edición del evento cultural con el Nobel francés como referente, una cita que continuará este sábado y domingo en Sant Lluís
Durante casi una hora, Leila Guerriero fue conectando diferentes episodios de su vida para hablar de la importancia del juego | Foto: Gemma Andreu
Nueva edición de las Trobades & Premis Mediterranis Albert Camus y nuevo escenario para el programa cultural que se viene celebrando en la Isla desde 2017. La galería Hauser & Wirth, en la Illa del Rei, acogió este viernes la jornada inaugural de un encuentro que este año se celebra bajo el lema de «Juguemos para maravillarnos» y que contó con la escritora y periodista argentina Leila Guerriero como ponente invitada.
La autora de la premiada novela «La llamada» pronunció una conferencia en la que su arte narrativo se centró en desmenuzar el concepto de juego como refugio de la infancia haciendo hincapié también en sus paralelismos con el mundo adulto. Reivindicó ese territorio de juego como una sólida patria en la que crecer. «Para entender la idea del juego resulta útil pensar en la preocupación que caracteriza el jugar de un niño pequeño. El contenido no importa», señaló en el arranque.
La inauguración se celebró en esta ocasión en la galería Hauser & Wirth
«El niño que juega habita en una región que no es posible abandonar con facilidad y en la que no se admiten intrusiones», continuó ante una audiencia conformada por algo más de 300 personas, que también pudieron disfrutar en primicia de la exposición que este sábado abre sus puertas en Hauser & Wirth con la también argentina Mika Rottenberg como protagonista.
Durante cerca de tres cuartos de hora, Guerriero fue hilvanando diferentes episodios de sus experiencias vitales para ensalzar la importancia de los juegos de la infancia como base para la formación de cualquier persona, en su caso, como escritora. «Hoy, cuando a veces la avalancha de invitaciones a esto y a lo otro me hacen decir que no, revive la llama de aquel respeto que otros sintieron por lo que yo hacía, regresa aquella voz oracular y entrañable desde la infancia que dice y repite. No la molesten. Está escribiendo. No la molesten. Tiene que jugar», recordó durante el discurso inaugural de una cita que viene calentando motores desde hace semanas con su sección ‘Off’ y eventos que se ha celebrado en paralelo entre Madrid, Barcelona, Palma o Bogotá.
Encuentros en los que ya se intuía ese componente más lúdico de las Trobades de este año, con proyecciones fotográficas, música o talleres de escritura para animar a los asistentes a recuperar ese aliento de la infancia que destacó su directora, Sandra Maunac, en sus palabras de bienvenida, con el fin de instalar dentro de nosotros ese «verano invencible» del que hablaba Albert Camus.
Este sábado las Trobades se trasladan a la sala Albert Camus de Sant Lluís, donde continuará la cita anual con el pensamiento que tiene al Nobel francés «como faro para tejer un presente a la medida del ser humano», recuerdan desde la organización.
Para ello han acercado a la Isla la voz y el pensamiento de dieciséis creadores, artistas, filósofos, escritores y periodistas contemporáneos «que nos invitarán a la reflexión común para conformar un espacio de convivencia basado en el conocimiento mutuo, en el respeto que este genera, y enraizado en la justicia social».
El apunte
Tarta Relena pone el toque musical con el sello de sus voces a capela
Desde 2016, Marta Torrela y Helena Ross, integrantes del dúo Tarta Relena, vienen explorando a capela diferentes estilos de músicas vocales con el área mediterránea como principal contexto de referencia. Un camino que hace años hizo parada en la Isla, concretamente en las canteras de Lithica dentro del festival Pedra Viva, y que este viernes continuó en la Illa del Rei, donde presentaron su último trabajo discográfico, que lleva por título «És pregunta». El primer toque artístico de los varios que forman el programa de este año.
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Viriato
|
Hace 14 días
Extraído de un ilustrativo artículo publicado en ABC a propósito de ese argelino anarquista y anticristiano llamado Albert Camus y su relación con Menorca:
"La visita de Camus a Baleares data del año 1935, cuando junto a su mujer Simone Hié —con quien se acababa de casar y de quien se divorciaría poco después—, viaja a Mallorca e Ibiza.
Según datos reflejados en biografías y perfiles, Camus paseó por Valldemossa y Sóller, por el barrio de la Catedral de Palma y las iglesias de Santa Eulàlia y Sant Francesc. Su texto 'Amor a la vida', recogido en 'El revés y el derecho', tiene algunas referencias de ese viaje.
El escritor, sin embargo, no visitó Menorca".
Tanto cuento y tanta coba que algunos en esta isla le quieren dar a ese personaje, como si hubiese tenido una fuerte vinculación con nuestra isla, cuando lo cierto es que su único lazo -puramente circunstancial- con Menorca fue su abuela materna, natural de San Luis.
Su inexistente amor y su nulo interés por nuestra isla, quedó patente cuando con ocasión de su único viaje a este archipiélago, se limitó a visitar Mallorca e Ibiza, pasando olímpicamente de poner un pie en Menorca, tal y como señala perfectamente ese aclaratorio artículo de ABC.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Extraído de un ilustrativo artículo publicado en ABC a propósito de ese argelino anarquista y anticristiano llamado Albert Camus y su relación con Menorca: "La visita de Camus a Baleares data del año 1935, cuando junto a su mujer Simone Hié —con quien se acababa de casar y de quien se divorciaría poco después—, viaja a Mallorca e Ibiza. Según datos reflejados en biografías y perfiles, Camus paseó por Valldemossa y Sóller, por el barrio de la Catedral de Palma y las iglesias de Santa Eulàlia y Sant Francesc. Su texto 'Amor a la vida', recogido en 'El revés y el derecho', tiene algunas referencias de ese viaje. El escritor, sin embargo, no visitó Menorca". Tanto cuento y tanta coba que algunos en esta isla le quieren dar a ese personaje, como si hubiese tenido una fuerte vinculación con nuestra isla, cuando lo cierto es que su único lazo -puramente circunstancial- con Menorca fue su abuela materna, natural de San Luis. Su inexistente amor y su nulo interés por nuestra isla, quedó patente cuando con ocasión de su único viaje a este archipiélago, se limitó a visitar Mallorca e Ibiza, pasando olímpicamente de poner un pie en Menorca, tal y como señala perfectamente ese aclaratorio artículo de ABC.