Jaume Bagur, una vida pictórica marcada por el mar

El creador menorquín cumple tres décadas dedicado a la pintura y lo celebra con ‘30 voltes al mar’, una muestra que actualmente se puede visitar en la galería Vidrart de Ciutadella

El pintor menorquín, ayer en la sala Vidrart de Ciutadella, junto a algunas de las obras que forman parte de «30 voltes al mar», una colección integrada por 28 piezas de nueva creación | Foto: Katerina Pu

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Jaume Bagur cumple justo hoy sus primeras 55 vueltas al sol, treinta de las cuales ha estado entre cuadros y pinceles. Es por ello que desde el pasado viernes exhibe en la galería Vidrart de Ciutadella, donde acostumbra a recalar cada cuatro años, una muestra que lleva por título «30 voltes al mar». Una colección de 28 obras (todas nuevas, no es una retrospectiva) en la que el medio marino vuelve a ser, una vez más, el principal protagonista.

Un aniversario que sirve para echar la vista atrás en la trayectoria de este creador, formado en el mundo del diseño gráfico y que, empujado por su «amigo y maestro» Juan Elorduy, se apuntó a las clases que este impartía en la Escuela Municipal de Ciutadella. Rememora Bagur cómo en esas aulas aprendió a dar volumen a sus ideas y se atrevió a presentar un trabajo al Premi Sant Antoni de Sa Nostra.

Titulada «La Isla», aquella pieza obtuvo una mención honorífica para un artista menor de 30 años en el certamen, reconocimiento que le dio la oportunidad de protagonizar sus dos primeras exposiciones individuales. Aquello fue el comienzo de una prolífica carrera en la que, con espíritu autodidacta, se ha movido a medio camino entre el impresionismo y el expresionismo.

El pintor vive en el campo, pero cada día, sin falta, va a ver el mar. Un medio al que está muy unido desde siempre, primero a través de la navegación y posteriormente como una fuente de inspiración inagotable que se ha convertido en una seña de identidad. Aunque a veces representa otros parajes, todo el mundo espera ver siempre el gran azul. «Cuando pintaba cosas que no eran el mar, las galerías me devolvían los cuadros», rememora con humor para inmediatamente reconocer que la marítima es una temática «con la que me encuentro muy a gusto».

Cuando sopla la tramontana y sale a practicar deporte, en vez de refugiarse en el sur, Bagur siempre pone rumbo al norte para gozar del espectáculo visual. Y aunque en sus obras el mar alguna vez muestra su bravura, la mayoría de las veces reina la paz. Especialmente a raíz de su anterior exposición, «Boires», de la que se podría decir que «30 voltes al mar» es heredera. Un escenario más reposado en el que ha ido indagando y progresando hacia una situación «más relajada» como consecuencia de la experiencia. «He bajado el pistón», apunta en relación a su momento vital.

«El mar me da energía y también calma», reconoce el pintor sobre un tesoro que no está suficientemente protegido y que reivindica: «No se cuida como se merece, y nos da mucho más de lo que nosotros le respetamos». Un símbolo que, junto a barcos y faros, utiliza como elemento central de su universo creativo y que con el paso del tiempo, aun siendo azul, cada vez aparece con tonos más grisáceos. Bagur pinta de memoria las estampas marinas que se reproducen en su cabeza y con ellas se propone el reto de transmitir «experiencias que he vivido de alguna manera». Al final, es una cuestión de trasladar «sensaciones», resume un artista que reconoce que pintar «es una necesidad».

Una comunicación artística que ha hecho que sus obras naveguen por su cuenta, algo que le llena de satisfacción cuando todavía a día de hoy recibe el feedback de sus propietarios. «Es bonito todo lo que hay detrás», confiesa Bagur sobre los contactos y amistades que se hacen a través del arte a lo largo de los años. Con motivo de sus 30 años entre pinceles y cuadros, el pintor de Ciutadella aprovecha para dar las gracias a todos los que le están acompañando en esta «travesía» artística, con un reconocimiento especial para su esposa, con quien este año también celebra 30 años de matrimonio y que es «un punto de poyo importante para pintar y hacer todo lo que he hecho».

«30 voltes al mar». En la galería Vidrart de Ciutadella hasta el 12 de julio.