En apenas mes y medio volverán los carteles electorales, los mitines y los candidatos en la calle para captar el voto. | Josep Bagur Gomila

TW
7

Los partidos de izquierda están valorando la posibilidad de concurrir al Senado con una candidatura unitaria. Es la historia que se repite siempre que hay convocatoria de elecciones generales, que se ha plasmado en dos ocasiones en los últimos veinte años    y que solo en una ha logrado el objetivo de la victoria.

Ahora vuelve a hablarse de unir fuerzas, «hay buena voluntad pero nada concreto», resume Pablo Jiménez, de Esquerra de Menorca. Este partido ha sido siempre uno de los grandes animadores de la idea, que de momento no incluye al PSOE, «que no querrá participar», opina, a la vista de esfuerzos anteriores en pro de esta finalidad.

En este partido confirmaron ayer no solo que no saben nada de la idea sino que ni siquiera se la han planteado y además ya están trabajando en sus propias candidaturas. «No nos han llamado ni lo hemos hablado entre nosotros, entre quienes siempre hay gente proclive y gente reacia», comenta Damià Borràs, secretario de organización de los socialistas.

Otro de los inconvenientes para materializar el proyecto, al margen de negociarlo con los socialistas, que aportan el principal capital de votos, son los plazos. El próximo jueves concluye el establecido para formalizar las coaliciones ante la Junta Electoral. «Es poco tiempo pero con 48 o 72 horas es suficiente para madurar la idea», señala Jiménez.

La debacle de Podemos es otro inconveniente de peso. Promotor de las confluencias en las elecciones generales y de aglutinar a otras fuerzas mediantes pactos, su objetivo es la mera supervivencia al amparo de la dinámica que arrastra Yolanda Díaz.       

La izquierda ha sumado más votos que la derecha en las elecciones locales del pasado domingo y ese es un factor de partida. En la suma aparece la fuerza principal, el PSOE, sin el cual hay también antecedentes de listas que se han estrellado pese a partir como favoritos.

El caso más recordado es el de la candidatura formada en junio de 2016 por Podemos, que se hallaba por entonces en su mejor momento, y Més per Menorca. Medio año antes, una desconocida candidata de Podemos se había quedado en segunda posición y con la suma de los votos nacionalistas habrían ganado holgadamente.

Pero los números no salieron luego, volvió a ganar el PP, que en lo que va de siglo ha ganado seis de las ocho elecciones. El PSOE solo ganó en abril de 2019, la legislatura más corta, con elecciones que se repitieron en noviembre y perdió el escaño por un ajustadísimo resultado de 34 votos a favor del PP.     

Puerta abierta

Aunque las opciones para alcanzar un acuerdo son escasas y las probabilidades de que sea una acuerdo ganador al margen del PSOE, prácticamente nulas, este no ha cerrado del todo la puerta. Sin embargo, está más a la expectativa que activo y trabajando en sus propias listas.

Sabe también que se trata del partido en el Gobierno y que los pactos previos pueden trasladar una poco recomendable imagen de debilidad. Y conoce sobre todo la experiencia de las últimas cuatro décadas, que las prisas constituyen un factor negativo y que la presencia de las siglas es un elemento irrenunciable.

Candidatos al Senado: las dos experiencias

Arturo Bagur: la más votada en la historia al Senado

Fue en las elecciones de marzo de 2008, la candidatura había comenzado a trabajarse desde las elecciones locales de 2007 con pactos municipales entre las fuerzas de izquierda. Todas sus siglas aparecieron después en el cartel electoral, las del PSOE por delante, y el resultado fue el más alto que una candidatura al Senado ha conseguido nunca, 21.023 votos. La personalidad del candidato, con 15 años de Alcaldía en Maó, fue determinante.

Sergi Marí: pacto precipitado y candidato de partido minoritario

 Entre las experiencias de candidaturas unitarias, la cruz corresponde a la de 2000, que además coincidió con la mayoría absoluta de Aznar, mientras que la de Bagur coincidió con una victoria de Zapatero. La de Sergi Marí, que pertenecía a un partido minoritario de la coalición, fue una lista preparada deprisa y presentada como «Agrupació Electoral Progressista de Menorca», sin las siglas de los partidos. Perdió por 2.330 votos frente a José Seguí (PP).