Adolfo Vilafranca, en el centro de la imagen, junto a la conseller electa de Vox, Maite de Medrano. | Gemma Andreu

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Vox no va a impedir el gobierno del PP en el Consell de Menorca, pero que se anuncie el nombramiento de un conseller no electo en vez de contar con su consellera Maite de Medrano para compartir la gestión supone un cambio de previsiones.

Vox endurecerá sus condiciones de negociación de aquellos temas y materias en los que el gobierno necesite mayoría para sacarlos adelante. El coordinador del partido en Menorca, Xisco Cardona, es crítico al analizar el momento, «El PP no sabe gobernar su casa y quiere gobernar la casa de todos», declara ante la renuncia previa de dos consellers del equipo de Vilafranca. Considera que es un mal comienzo y falta de respeto a la voluntad del electorado.

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Ve al PP 'acomplejado'

Prescindir de Vox «significa que está acomplejado, no podemos entenderlo», añade, «nos vamos a abstener en la investidura, pero va a ser una legislatura fallida como fue la de Tadeo, que se preparen para volver a perder las elecciones, siempre consagran las políticas de la izquierda como si necesitasen hacerse perdonar», analiza desde su opinión crítica.

«En nosotros tendrán una oposición dura», advierte Cardona. De hecho, anuncia que la primera moción que presentará estará relacionada con la lengua, «Joan Pons Torres defiende el menorquín y Marga Prohens dice que hablamos catalán, que se aclaren», dice antes de exigir que se elimine este requisito en la medicina y la enseñanza.

El responsable de Vox, animado por la representación obtenida por su partido en las cuatro instituciones a las que ha concurrido, asegura que Menorca necesita reformas «como el desdoblamiento de la carretera y derogar la ideológica ley Menorca Reserva de Biosfera». Esas serán sus primeras batallas.