La marcha imponente. Los gigantes causaron admiración a su paso por el centro de la ciudad | Gemma Andreu

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La jornada previa a la gran fiesta de la Mare de Déu de Gràcia se vio sacudida ayer por una invasión colosal. Hasta veintidós gigantes tomaron las calles de Maó a media tarde en un recorrido imponente que provocaba sorpresa y admiración a cuantos presenciaban el paso firme de todos ellos y los continuos desafíos en los bailes que les caracterizan.

Fue una demostración de altura la que brindaron en el pasacalles que tenía a los mahoneses, Tomeu y Guida, como grandes anfitriones, junto a sus acompañantes de la colla de Maó, Pere y Gràcia y Miquelet es Salero. Los niños y niñas de las escuelas de verano del Alcázar eran los encargados de abrir la larga comitiva.

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Se llevaron la palma los gegants de la ciutat de Barcelona, Jaume I y Violant d'Hongria, dos célebres reyes catalanes del siglo XIII, considerados los más antiguos de Catalunya aunque no en su forma actual que data de 1992. Cuatro metros y medio de altura, él, y cuatro metros, ella, se hicieron notar junto a los gigantes de Maó, Sant Lluís, Es Castell, Llucmaçanes, y asociaciones de vecinos. Acompañados por sus respectivas colles y algunos cabezudos, como los dos maceros con los de Barcelona, completaron el recorrido por el casco histórico de la ciudad para acabar en la Plaza Constitució donde realizaron una última demostración de sus danzas.

Los invitados estelares de este año, los gigantes de la ciudad de Barcelona y sus 20 acompañantes llegaron por la mañana temprano en el barco procedente de Barcelona. Minutos después, ya montados, iniciaron la subida hasta el Ayuntamiento de Maó donde con algunas dificultades lograron entrar por el portón y quedaron ubicados tras Tomeu y Guida a ambos lados de la entrada.


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