Seguridad. La cárcel de Maó no esta calificada como de máxima seguridad, por lo que no tendrá presos condenados por terrorismo - Javier

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La cárcel de Menorca aún no tiene un nombre oficial -los últimos centros abiertos se saltan la regla habitual de ceñirse al topónimo y recuerdan a personajes como Victoria Kent y Joaquín Ruiz-Giménez o al colectivo Las Trece Rosas-, pero está a punto de ser una realidad, al menos en lo que se refiere a la obra civil.

La última previsión de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias es que la construcción de la prisión finalice el próximo junio, y que ésta reciba los primeros reclusos antes de final de año. Detrás de sus tres muros de seguridad vivirán, si se llenan todas las plazas disponibles, 200 presos, y trabajarán alrededor de 150 empleados, entre funcionarios y personal contratado.

La Dirección Insular de la Administración del Estado promoverá la realización de un segundo curso preparatorio para las oposiciones de Ayudante de Instituciones Penitenciarias, que convocará el Ministerio de Interior para cubrir las vacantes en prisiones de toda España y que incluirán las del centro menorquín. Así lo afirmó ayer el director insular, Javier Tejero, quien señaló que se intentará trabajar de acuerdo con la Pastoral Penitenciaria, que ya se encargó de la dirección del curso realizado en 2009 y que fue financiado por la Conselleria de Trabajo y Formación del Govern, entonces dirigida por la ex presidenta del Consell, Joana Barceló.

Si no hay opositores de la Isla o éstos no logran obtener plaza, Tejero afirmó que deberán venir funcionarios de fuera para dotar de personal a la cárcel.

Clasificación

Al margen del debate tardío sobre la ubicación de la cárcel, Tejero aseguró que ésta será segura y una de las más pequeñas de España, aunque no está clasificada como de máxima seguridad -una categoría que depende del riesgo de fuga y la peligrosidad de los presos, la capacidad de las instalaciones, la vigilancia por recluso o el número de celdas de aislamiento existentes-. De este modo, el director insular descartó que a Menorca se puedan trasladar condenados por terrorismo.

Previsiblemente la cárcel albergará a los más de sesenta presos menorquines que en estos momentos cumplen condena, la mayoría en Mallorca, pero también en otros centros fuera de Balears, si así lo requieren.

La mayor parte de los menorquines encarcelados han sido condenados por delitos de robo, estafa o relacionados con el tráfico de drogas, según explicó Javier Tejero, quien añadió que muchas familias ya se han interesado por saber cuándo entrara en funcionamiento el centro y cómo podrá gestionarse el traslado de los presos, una decisión que corresponde a Instituciones Penitenciarias. En este sentido, la delegada de la Pastoral Penitenciaria en Menorca, Isabel Serra, afirmó que la problemática de tener un familiar en la cárcel se vive en la Isla "con mucha angustia, no se dice, está muy tapado".

El centro albergará a presos de otras procedencias pero, según señaló Tejero, a todos ellos, menos a los condenados por terrorismo, se les da la posibilidad de cumplir la pena cerca de su entorno, por lo que se espera que los reclusos menorquines tendrán preferencia a la hora de ocupar la prisión que se levanta en Maó.

La cárcel dispondrá de 92 celdas para internos, con una ocupación máxima de dos personas por celda, además de otras ocho celdas individuales de aislamiento y ocho para enfermería, lo que suma una capacidad total de 200 plazas. Con un presupuesto de 30 millones de euros, la prisión comenzó a construirse a principios de 2009 y la obra civil debería haber concluido a comienzos de este año. El proyecto surgió inicialmente como centro de inserción social, dada la problemática de los calabozos municipales, pero se modificó hasta convertirse en la prisión que se construye actualmente, reclamada al Estado y por la que éste no ofrecerá compensaciones económicas.

Oferta de 400 puestos de funcionario de prisiones

Ninguno de lo 50 opositores que realizó el curso preparatorio el año pasado tuvo suerte y superó los exámenes para trabajar en un centro penitenciario, aunque la mitad sí pasó la criba inicial, que es la prueba psicotécnica, según explicó ayer la delegada de la Pastoral Penitenciaria en Menorca, Isabel Serra. En 2009 se ofertaron mil plazas y se presentaron 18.000 aspirantes y este año, con el recorte de la oferta pública de empleo, la Dirección Insular prevé que sean unas 400 plazas en todo el territorio estatal, incluidos los nuevos puestos de ayudantes de instituciones penitenciarias en la cárcel de Menorca. A las plazas de funcionarios se sumará la contratación de personal médico, administrativo, de mantenimiento y cocina entre otros. El temario de la oposición incluye Derecho Penal, Derecho Penitenciario y Organización del Estado, además de la prueba psicotécnica imprescindible.