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El Consell promoverá una campaña de recogida de chatarra similar a la que en 2008 permitió retirar 116.890 kilogramos de este tipo de residuo del campo de Menorca, con un coste de 22.958 euros. Según la responsable de Economía de la institución insular, Antònia Allès, la organización de esta campaña ha partido de las propias fincas agrícolas."Realizamos recogida de todo tipo de chatarra entre julio y agosto de 2008 y los resultados fueron positivos hasta el punto de que las fincas nos han pedido que repitamos", aseguró Allès,

Asimismo, la institución insular estudia la organización de una campaña de recogida de lana, con el objetivo de que una empresa de valorización, probablemente de Cataluña, pueda gestionar este material.

"Estamos valorando la posibilidad de buscar una fórmula para retirar la lana que se va acumulando en las fincas por no ser rentable su comercialización. Se trataría de recoger la lana, para lo que trabajaríamos con las cooperativas agrícolas, y enviarla a la Península", adelantó la responsable del ámbito agrario menorquín.

Allès explicó que estas campañas se enmarcarían en la gestión de residuos agrarios de la Isla, una gestión de la que la consellera se muestra muy satisfecha. "Es frecuente hacer hincapié en todo lo relativo a los residuos sólidos urbanos, pero hay que tener en cuenta que la actividad que se desarrolla en el campo en Menorca genera residuos a los que también hay que dar salida".

En este sentido, Allès remarca que la gestión de residuos agrarios obedece a un estricto marco normativo, a la colaboración entre las diferentes administraciones locales y a la concienciación de los responsables de las explotaciones agrícolas de la Isla.

residuos

Esta concienciación ha motivado, por ejemplo, una amplia demanda en lo que respecta al servicio de recogida selectiva de plásticos agrícolas, que experimentó en 2009 un incremento del 33 por ciento respecto del año anterior.

Con 509 toneladas recogidas el año pasado, los plásticos constituyen uno de los principales tipos de residuos de los que se generan en el campo menorquín y de su recogida selectiva, promovida por el Consorci de Residus Urbans i Energia, se encarga una empresa autorizada lo que posibilita que sacos de abonos y piensos, cordinos plastificados, tubos de riego o plásticos de invernaderos no acaben amontonados en medio del campo provocando impactos medioambientales negativos.

Cabe destacar también la generación de residuos animales, vegetales, excrementos y orín, así como los agroquímicos y los metálicos, procedentes de jaulas, herramientas o maquinaria.