Mercado. Sin duda una de las piezas más emblemáticas de toda la exposición - Gemma Andreu

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El paso del tiempo tampoco perdona a las ciudades. Si sumar años sienta bien a las poblaciones o no es una cuestión sobre la que seguramente muchos discutirían largo y tendido. Sin embargo, el pintor de Ciutadella Pedro Caules lo tiene bien claro, "sin duda alguna me quedo con la Ciutadella de entonces", ésa que está reflejada en la exposición que lleva por título "Ciutadella Antiga" y que se puede visitar hasta el 9 de septiembre en la galería Retxa.

La muestra se inauguró el pasado día 13, aunque tristemente a la cita no pudo asistir uno de los artífices de la idea, José Antonio Borrás, quien falleció recientemente, no sin antes dejar su aportación al proyecto. Y es que Borrás, quien contaba con una extensa colección de fotografías antiguas de toda Menorca (cerca de 5.000), cedió a Caules 23 instantáneas, también expuestas en Retxa, para que pintara la Ciutadella del siglo pasado.

El resultado está colgado ahora de las paredes de la galería. Cuadros todos ellos de estilo hiperrealista en los que se refleja, con la técnica del óleo, hasta el más mínimo detalle del paisaje urbano de la ciudad. Impactante resulta comprobar cómo era a principios del siglo pasado el Mercat des Peix, sin las paredes laterales, en la Plaça de la Llibertat. Pero no lo es menos contemplar otros rincones de la ciudad, como la bajada al puerto por Sa Costa Marina, o descubrir cómo era el puerto cuando no estaba el muelle comercial.

También tienen su protagonismo plazas como la Nova o la de Ses Palmeres o el Born, lugares en los que más se aprecia el paso del tiempo, algo que no ocurre tanto en Ses Voltes, donde la fisonomía de la calle se mantiene con más autenticidad.

Disciplina
Confiesa Caules que él siempre ha sido autodidacta. Jamás acudió a escuela de pintura alguna, pero sin embargo ha pasado muchas, pero que muchas horas con el pincel en la mano. Reconoce que este arte le interesó desde bien jovencillo, aunque tuvo que pasar mucho tiempo hasta que comenzó a ganarse la vida con sus obras, aproximadamente hace unos doce años. Caules es un trabajador constante que reconoce emplear un mínimo de ocho horas al día a su profesión, y si un día se lo toma libre para ir a pescar, a la jornada siguiente se aplica más horas para recuperar.

Buena prueba del ritmo de trabajo del artista ciudadelano es que los 23 cuadros que se exponen actualmente no existían el pasado mes de diciembre, cuando decidió poner en marcha una muestra que le rondaba por la cabeza desde hacía tiempo. Pero durante todo ese periodo, el artista también ha seguido trabajando en las piezas que hace por encargo.

Además, después de cerca de seis años sin exponer en la ciudad, Caules señala que ya tocaba dejar que sus paisanos vieran sus obras. A lo largo de su carrera artística, el autor se ha mostrado fiel a la técnica del óleo y el estilo hiperrealista, que también acostumbra a plasmar en retratos, aunque sus mayores esfuerzos los centra en paisajes urbanos. Uno de los últimos que ha retratado ha sido el pulso de la vida en la Gran Vía madrileña, que este año ha cumplido cien años y que también se puede contemplar en la galería Retxa.