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Duras conclusiones de los forenses que han examinado a Mónica Juanatey, la joven que, según su propia confesión, ahogó a su hijo de 9 años en la bañera, ocultando posteriormente su cadáver en una maleta, hallada el pasado otoño en Maó. Según ha recogido "Diario de Mallorca", "Mónica es mentirosa y compulsiva y no muestra arrepentimiento por el asesinato de su hijo".

Así lo han determinado los facultativos tras realizar un exhaustivo examen psicológico a la parricida de Maó. Los peritos han concluido, asimismo, que no padecía enfermedad mental alguna y que estaba plenamente capacitada para distinguir el bien del mal.
Conforme a las informaciones recogidas por el rotativo mallorquín, los forenses constataron la facilidad de Juanatey para falsear la realidad. De hecho, ella misma reconoció estar mintiendo de manera compulsiva desde la adolescencia, desde que cumplió los 16 años. "Tapaba una mentira con otra", señalaron.

En el transcurso de estas entrevistas, la presunta parricida llegó a confesar que su hijo "le molestaba" y no dio la menor muestra de arrepentimiento, aunque la ausencia del niño le habría acarreado sentimientos de añoranza. Asimismo, la madre del menor aseguró a los psicólogos forenses que estaba convencida de que "la cogerían".

La historia de Juanatey conmovió España el pasado mes de noviembre cuando dos hombres encontraron entre la maleza de una finca de Binidalí, en Maó, una maleta con restos óseos. Tras una rápida investigación, se confirmó la identidad del menor al que correspondían, siendo detenida la madre pocas horas después, quien confesó cómo había sucedido la muerte de su hijo.