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Nueve días después de la muerte de María Auxiliadora Florit Cavaller persisten todas las dudas sobre las causas y la autoría de la agresión que sufrió en el Geriátrico de Ciutadella.

Las pesquisas policiales, rastreos, declaraciones e investigaciones no han conseguido identificar ni detener al autor del violento apuñalamiento con una tijera que clavó en la sien de la octogenaria. La mujer se hallaba en fase terminal y desde hace hacía varios días no ingería alimentos, por lo que su fallecimiento era inminente.

Alguien precipitó la muerte de María Auxiliadora Florit Cavaller, recordada como una mujer dulce y amable por quienes la trataron. Ocho días después persiste el más absoluto mutismo sobre la violenta agresión que sufrió en la cama del Geriátrico Municipal donde estaba postrada, sin posibilidad de poder reaccionar ni defenderse.

Todas las sospechas apuntan a alguno de los internos del centro asistencial, pero ni la exhaustiva investigación practicada por la Policía Nacional del Cuerpo Nacional de Policía ni las numerosas declaraciones de los internos y empleados del centro han conseguido obtener pruebas fehacientes ni evidencias concluyentes para llegar a una conclusión.

Los testimonios de varios de los residentes, que han incurrido en numerosas contradicciones e incluso algunos han aportado relatos incoherentes e inconexos, han complicado la labor policial.

En estos momentos todo son conjeturas y el caso se mantiene en el terreno de los sospechas. La falta de pruebas de convicción, las incoherencias en las declaraciones y que no se haya conseguido una confesión del autor mantienen abierto la autoría en torno a la acción criminal contra una mujer mayor e indefensa.

Aún no se han obtenido los resultados de los análisis de ADN, que podrán aportar algunos datos, pero no existe la plena certeza de que permitan el plena esclarecimiento. Mientras, en el Geriátrico de Ciutadella persiste la preocupación y el malestar; y nadie se atreve a efectuar comentarios.