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Autoficha
Me llamo Jaume Roca Lluch y nací en Barcelona pero vivo en Menorca desde el 2004. Estoy casado y tengo cinco hijos y doce nietos. Soy interiorista jubilado aunque todavía sigo impartiendo algunos cursos y colaborando con varias revistas. Me encanta disfrutar con todo aquello relacionado con el mar, y soy voluntario en la Illa del Rei, donde me ocupo de la biblioteca junto a mi amigo Toni Casasnovas.

Una de sus aficiones es la investigación histórica. De hecho, ha reconstruido su árbol genealógico.
Sí. Aunque yo nací en Barcelona, mis apellidos son de origen menorquín. El Obispado es una fuente de información increíble que permite descubrir cuestiones familiares, igual que el Registro de la Propiedad. Así vas averiguando y estirando del hilo. Remontarse a diez generaciones como he hecho yo es algo complicado. Además, hay que sumar el factor injusto de que las mujeres perdían su apellido, por lo que de ellas conozco poco. Sé que, en el siglo XVI, llegó a Es Castell un tal Pedro Roca procedente de Gerona, que se casó con María Arnau, menorquina. A partir de ahí, todos los Roca se fueron sucediendo hasta mi padre que, por cuestiones de la Guerra Civil, se tuvo que quedar en Barcelona.

Y, ¿qué le llevo a instalarse en Menorca definitivamente?
He venido de vacaciones a Menorca todos los veranos desde que tengo uso de razón porque mis familiares estaban aquí. Vivo en Alcalfar desde el 2004. Cuando me establecí en la Isla quise recuperar el círculo social del que disponía en Barcelona. Me enteré de que en la Illa del Rei se estaban llevando a cabo trabajos de recuperación y fue algo que me ilusionó porque recuerdo llegar en barco con mis padres de pequeño y comentar la pena que era que aquel sitio estuviese tan abandonado. Fue así como me involucré. Un día fui con mi propia barca y acabé haciendo de 'taxista' durante un año y medio. Llevaba a voluntarios, material, visitas... Posteriormente hice de todo, desde jardinería a trabajos varios. No solo he conseguido muy buenas amistades sino que, con lo bien que lo pasamos, ¡a veces pienso que deberíamos pagar por estar ahí cada domingo!

Actualmente se ocupa de la biblioteca de la Illa del Rei.
Es un trabajo laborioso y voluminoso y que comparto con mi amigo Toni Casasnovas. Nos han donado más de 3.000 libros relacionados con la medicina, farmacia, ejército, historia de Menorca... Hay tomos del siglo XVI, XVII y XVIII. Nosotros nos ocupamos de agruparlos por temática y elaborar un minucioso registro. Nuestra idea es acabar uniéndonos a la Red de Bibliotecas de Balears. Hay algunos que son verdaderas joyas, como los donados por un descendiente de un sacerdote de Alaior del siglo XVII. Los hay que están en latín. También habrá que ver cómo mantenerlos en condiciones porque no disponemos de los recursos necesarios.

¿Cuál le gustaría que fuese el futuro de la Illa del Rei?
Deberían ser de uso público y que se pudieran celebrar muchas actividades. Para su buen mantenimiento tendría que autofinanciarse y una buena opción para ello sería que la gestionara una empresa, tal como viene sucediendo en La Mola. Habría que sacarle provecho al edificio y que se pudieran celebrar bodas, convenciones, visitas turísticas... Es un espacio magnífico.