Bondad. El padre Vicente Macián hizo de su vida un testimonio de fe - Archivo

TW
0

El Govern aprobó ayer la concesión de uno de los premios Ramon Llull al padre Vicente Macián Cólera a título póstumo. Estos galardones tienen como objeto "honrar a las personas naturales o jurídicas que hayan destacado en los servicios prestados a Balears y distinguir los méritos en los ámbitos cultural, deportivo, jurídico, empresarial, cívico, humanitario, de investigación, de enseñanza y lingüístico".

El 'Pater' nació el 1 de noviembre de 1927 en Maó en el seno de una familia militar y religiosa. Ingresó a los 13 años en el Seminario Diocesano y cursó estudios eclesiásticos de Humanidades, Filosofía y Teología, que concluyó en el Seminario de Mallorca y la Universidad de Salamanca, ampliándolos con la licenciatura de Filosofía y Letras que curso por libre en la Universidad Central de Barcelona. Además de ser un hombre polifacético de amplia cultura, Vicente Macián era ante todo cercano y humano. Una persona que hizo de su vida un testimonio de fe. Fue maestro y convirtió su afición por la música en un motivo para desarrollar otra de sus grandes pasiones, el periodismo. Año tras año, ofreció a los lectores de 'Es Diari' sus crónicas. Conciertos, recitales y óperas se sometieron a su escrutinio como también lo hicieron diferentes episodios de la vida menorquina, de la cual Macián era un gran conocedor.

Pero lo que permanece en la memoria colectiva de quienes tuvieron el honor de compartir su vida fue su cariño y respeto por los más débiles y desvalidos. Su deferencia ante la enfermedad se transformó en compañía y consuelo como capellán del Hospital, una presencia llena de bondad, que portó luz y esperanza a enfermos de todas las generaciones.

Por otra parte, el presidente del Govern, José Ramón Bauzá, también entregó ayer en sesión extraordinaria del Consell de Govern la medalla de Oro de la Comunidad a título póstumo al empresario y ex presidente de la cámara de Comercio, Miquel Lladó Oliver.