La nueva junta directiva se fijó como prioridad la apertura del museo, cerrado al público hace algo más de diez años.

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Abrir de nuevo las puertas del Museo de Historia Natural del Ateneu de Maó. Ésta fue una de las prioridades que se marcó la nueva junta directiva y casi con toda seguridad será una realidad antes de que finalice el año. Desde hace un par de meses el doctor en Geología, Josep Quintana, trabaja en la sistematización de las colecciones que componen el fondo del museo y en su acondicionamiento, una tarea laboriosa por el estado en que se encontraban.

"Estaba todo bastante descuidado, daba la impresión de haberse utilizado durante un tiempo como almacén", reconoce.

No se sabe con exactitud el tiempo que ha permanecido cerrado –tal vez algo más de diez años- ni el por qué. "Desconocemos el motivo de su cierre al público pero tenemos claro, por la importancia de algunas de las piezas, que el museo debe volver a ser visitable", señala la presidenta del Ateneu, Margarita Orfila. Y no le falta razón.

Valor científico e histórico

Entre las colecciones conservadas merecen una mención especial el algario del botánico Joan J. Rodríguez Femenias, compuesto por 1.248 especies y 7.248 ejemplares, y la muestra malacológica del naturalista Francesc Cardona i Orfila, ambas de gran relevancia para la comunidad científica y consideradas de las más importantes a nivel estatal. Cabe puntualizar, sin embargo, que el fondo de Rodríguez Femenias no se expondrá al público por su elevada fragilidad.

"Se trata de colecciones de indudable valor científico y también histórico", explica Josep Quintana que en su día también se encargó de poner en orden los fondos del Museo Diocesano de Menorca.

Éstas y otras de menor interés, como las colecciones de aves, crustáceos, insectos, fósiles, huevos y minerales, fueron donadas a la institución mahonesa a principios del siglo pasado. De hecho, la primera cesión, una muestra de peces propiedad del farmacéutico Jaime Ferrer, data de enero de 1906. A partir de aquí, y a lo largo de seis años, se sucedieron algunas de las donaciones más valiosas. Con todo, no fue hasta el año 1983, coincidiendo con la festividad de Sant Antoni, cuando se inauguró el Museo de Historia Natural, lo que fue posible gracias a la aportación económica del mecenas Fernando Rubió i Tudurí.

Carácter didáctico

Pendiente aún de decidir el régimen de visitas, lo que tiene claro la junta directiva es que se priorizará el carácter didáctico de las mismas. "La idea es abrir las puertas del museo al público, pero por cuestión de medios y recursos humanos seguramente optaremos por hacerlo de forma concertada", avanza Antoni Casasnovas, vicepresidente del Ateneu.

Un público objetivo es, sin duda, el alumnado de educación primaria y secundaria, por lo que desde la entidad cultural se valora la posibilidad de ofrecer visitas guiadas a los colegios e institutos de la isla. Éste, de hecho, es uno de los usos que se le da hoy en día a la Sala de Historia Natural del Seminario de Ciutadella.

Falta por ver, por otra parte, la finalidad que se dará a la, en palabras de Antoni Casasnovas, "pequeña pero interesante" biblioteca de historia natural que también forma parte del museo, una cuestión que la junta directiva del Ateneu de Maó deberá abordar próximamente si, como parece, mantienen su previsión de abrir las puertas antes de que finalice el año.