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De estos más de cinco años de aquella entrevista en junio del 2008, ¿qué destacaría?
- Muchas cosas. En el aspecto personal ha sido un paso más hacia la vejez que representa un cambio de dimensión, tanto humana como intelectual. En cuanto a los asuntos locales, los cambios han sido muchos, tanto en lo que atañe al color político del gobierno municipal, como también a la falta de recursos, que ha perjudicado sensiblemente a las entidades culturales.

Ser corresponsal de un pueblo como Alaior significa conocer el pulso y la realidad del municipio. ¿Cómo lo definiría?
- El Alaior de hace 30 ó 20 años era muy diferente al actual. La industria del calzado vivía tiempos de gran esplendor, había mucho trabajo y todo el pueblo se aprovechaba de dicha circunstancia. Las fábricas estaban al completo e incluso muchos sabaters trabajaban en su casa, a destajo, hoy aquel ambiente no existe, ha desaparecido. Sin embargo, a pesar de ello, seguimos siendo un pueblo con una identidad aguerrida, luchando por recuperar las mejores vibraciones.

Usted ha cubierto toda la información habida y por haber. ¿Qué parcelas informativas eran sus favoritas?
- Así ha sido. En 1958 empecé con las crónicas de fútbol y basket y, aunque mis conocimientos de ambos deportes eran limitados, fui aprendiendo. Pero mis preferencias iban hacia todos aquellos actos relacionados con la Cultura y el Arte; también me atraía el entrevistar a los cantantes y directores que venían a actuar en las Semanas de la Ópera. El Padre Macián se encargaba de las reseñas de las óperas presentadas y yo entrevistaban a los protagonistas; para mí era un trabajo muy grato.

Joan Pons, en lo que respeta a la Ópera, ha sido nuestro referente. ¿Existe algún otro cantante que pueda llegar a ser como él?
- Joan Pons es y será un referente casi inigualable, pero precisamente en Alaior está Simón Orfila, que va también para estrella; no los comparo porque Joan Pons es barítono y Simón Orfila es bajo- barítono pero sí digo que los dos son muy buenos. A Simón le descubrí con 17 años en un festival de fin de curso. Habían acabado la ESO y se preparaban para afrontar un nuevo reto. Él se presentó interpretando dos conocidas romanzas de bajo. A mí me sorprendió, pero luego, tras su interpretación, quedé admirado e incluso le dije a sus padres que si estudiaba, llegaría lejos. Afortunadamente su voluntad y el apoyo de Alfredo Kraus hizo el resto. Y ahí está, en primera línea.

De Alaior se ha dicho que es un pueblo trabajador, emprendedor en grado sumo, con empuje e imaginación, pero yo añadiría que culturalmente es también un pueblo vivo: poetas, pintores ... ¿Qué hay en sus raíces?
- Muchas cosas. Nosotros siempre hemos apostado por crecer y aprovechar lo positivo de otros pueblos, como Cuba y Argentina, que nos han hecho crecer y de ahí nace esta inquietud cultural. Antes existían dos teatros que rivalizaban en todo: uno era de izquierdas y el otro de derechas y este ambiente competitivo era un aliciente más. Nos gusta y apreciamos todo el amplio abanico que genera el Arte, la Cultura, somos sensibles a todo ello, posiblemente porque está en nuestras raíces.

Le definiría como poeta. ¿Acepta esta definición?
- Comencé a publicar poesías en el diario MENORCA, que posteriormente canceló esta sección; pero siempre, de pequeño, tuve cierta facilidad con la métrica. El maestro Bosch me decía que tenía esta facultad, lo que ha ocurrido es que los otros trabajos me han absorbido, porque hay que reconocer que la poesía requiere tiempo y dedicación.

En la mili tuvo algún que otro premio. ¿Cierto?
- Del todo. Para la fiesta de la patrona se organizaban diferentes concursos y yo siempre copé el primer premio en poesía, lo que representaba tener un mes de permiso.

De las muchas noticias que ha ofrecido, ¿cuáles han sido las que le han causado mayor satisfacción?
- Bastantes porque 50 años dan para mucho. Una de las que más me satisficieron fue la inauguración de la nueva escuela, la hoy denominada Doctor Comas. Era muy necesaria, sobre todo porque al ser escuela mixta precisaba de aulas adecuadas al número de alumnos, de ellas y de ellos. También destacaría la instalación de agua corriente en todo el pueblo y algún que otro pleno municipal, siempre repletos de anécdotas y recuerdos.

¿Qué noticia le gustaría ofrecer en primicia?
- Que la crisis ha sido superada. Me duele enormemente ver y comprobar que hay muchísima gente que lo está pasando mal. Lo de Lampedusa me ha hecho sonrojar como ser humano y me ha dolido enormemente. Erradicar todo lo negativo que produce tanto dolor y muerte es algo tan esencial que anunciar el cambio a mejor sería la mejor noticia que cualquier periodista desearía ofrecer.

El mundo está muy agitado, las aguas bajan bravas. ¿Qué le preocupa más de todos los conflictos abiertos?
- Varios, podría decir que todos. La crisis en general. Ver las pateras que llegan llenas de inmigrantes huyendo de sus países porque en ellos carecen de todo, de comida, de sanidad, de tantas cosas... Sobre todo me preocupan las guerras y todo aquello que las provoca, como es, sobre todo, la ambición de la gente.

Tampoco aquí, en Menorca, todo es pau i tranquilitat. ¿Qué le causa malestar?
- Pienso que la solución dada para la carretera general se ha exagerado. Tantas rotondas creo que no son necesarias. Considero que el tráfico no requiere de ésta solución, que cabría otra alternativa menos agresiva.

Y sobre el TIL, ¿cuál es su opinión? ¿Ha faltado diálogo?
- De hecho desconozco la ley, mis conocimientos de la misma se basan en las informaciones de la prensa y en diversos comentarios más o menos imparciales, pero considero que enseñar en inglés resulta complicado porque no todos los profesores tienen el nivel adecuado de dicha lengua. Además, interpreto que ello restará tiempo para enseñar a leer y escribir en catalán y, como ocurre con demasiada frecuencia, ha faltado diálogo, algo que debería instaurarse con urgencia porque todos tenemos parte de razón y ensamblar nuestros posicionamientos nos beneficiaría a todos.

Saber escuchar, saber...
- Respetar y ser positivamente tolerantes.

¿Cómo prevé el futuro?
- No tengo ni idea, los técnicos, los expertos deberían programarlo pero con una visión positiva, porque un cambio a mejor es ya urgente.

¿Es un hombre de fe?
- Tengo fe en la capacidad del hombre para recomponer el presente y volver a levantarse cuando ha perdido la verticalidad.

La nueva Ley de Educación ha nacido sin consenso. ¿Tan difícil resulta el entenderse?
- Sí, muy difícil porque nadie es igual a nadie, todos somos muy diferentes, y los capaces de aceptar las ideas de los otros son poquísimos. Nadie quiere ceder y así nos va; particularmente abogaría por el respeto y la tolerancia.

¿Apuesta por la paz y la concordia?
- Sí, pero un sí con letras de molde. Sin paz, sin concordia, el hombre no puede alcanzar toda su plenitud.

¿Somos buena gente?
- Hay de todo, pero yo desearía que fuésemos más solidarios y tolerantes.

Sus canciones lucieron en el Festival de la canción menorquina, hubo una, 'Xuroi', que sigue en liza, pero además de esta, ¿qué otras destacaría?
- 'Xuroi' fue efectivamente un número uno, pero hay otras que me satisficieron, como 'Vuelve a Menorca', 'Volveremos', 'Port de Maó' y una, 'C'a meva', que Juana Pons, con gran afecto, me suele dedicar.

¿Quiénes pusieron las letras a su música?
- Generalmente el maestro Codina o Ruperto, el primero catalán y el segundo menorquín.

¿Qué siente al escuchar una de sus canciones?
- M'agrada molt y con la nostalgia que siento me llegan recuerdos de un tiempo en que éramos mucho más jóvenes, llenos de ilusión y de vida.

La música es algo muy especial para usted. ¿Me equivoco?
- No, incluso la comparo con la poesía, ambas tienen un algo especial, un sentimiento de musicalidad que las hace sentimentalmente únicas.

Ambos vivimos un mismo pasado, cuando el MENORCA se editaba en la calle Virgen de Gracia, con Paco Pons Capó, Antoni Verger y algunos más ... como el personal de talleres, Pito, Dalmedo, Pons Benejam...
- Un tiempo maravilloso. Con Paco Pons Capó trabé una gran amistad, lo mismo que con Verger y otros muchos, los directivos de la editorial y todos aquellos que hicieron el milagro.

Y a la vida, ¿qué le pide?
- En marzo cumpliré los 90 años, ¿Hay algo más que se le pueda pedir a la vida? Salud, trabajo y felicidad para todos.