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En lo que a estudios se refiere, ¿siempre en casa?

-Sí, primero estudié en el colegio La Salle, del que guardo muy buenos recuerdos, con referencia especial al Hermano Juan, y luego pasé al Instituto, en el que el plantel de profesores era extraordinario, don Juan Hernández era uno de ellos, así como Juan Perchés, uno de mis buenos amigos que estudió Ingeniería Industrial como yo.

Seguidamente la universidad, ¿cuál eligió?
- La de Barcelona en donde estudié la carrera de Ingeniería Industrial.

Sus primeros trabajos una vez obtenido el título, ¿cuáles fueron?
- Trabajé, como primerizo, en diversas centrales térmicas, tanto de carbón como de gas, trabajo éste que realicé durante los dos primeros años para seguidamente dar el salto a las centrales nucleares de Cataluña en donde estuve trabajando la friolera de 35 años.

Me ha dicho que también es ingeniero nuclear.
- Sí, título que obtuve en Madrid; durante un año me dediqué a conseguir este nuevo título, tiempo que se exigía a quienes teníamos una carrera técnica superior.

Yo le calificaría como «especialista» en trabajar en centrales nucleares, como la de Ascó por ejemplo. ¿Este trabajo específico entraña algún riesgo personal?
- Para mi no; ninguno porque yo conocía a fondo mi trabajo; en una central nuclear existe mucha seguridad y para trabajar en cualquiera de ellas es imprescindible ser muy profesional para evitar cualquier error humano.

La vida de una central de este tipo, ¿a cuantos años se limita?
- Hay varias fases, en la primera de ellas se establecen una cota de 40 años, luego si se hacen las modificaciones que el Comité de Seguridad Nuclear señala, accedes a un periodo de diez años y luego si en la inspección por el Organismo Estatal considera oportuno podría dar unos diez años más, pero esta fase ya es difícil de conseguir y no se tiene la experiencia en centrales actuales.

¿El Comité de Seguridad depende del Estado?
- Por supuesto y es el que vela por la seguridad nuclear y el que exige, al ampliar un periodo de vida, que las modificaciones se adapten a los avances técnicos que se han ido produciendo.

En estos días la noticia de los seísmos producidos en la costa levantina, especialmente en Vinaroz y Castellón, incluso en Tarragona, ha ocupado la primera página de los rotativos nacionales, relacionando dichos movimientos sísmicos con el almacén subterráneo de gas. ¿Qué es un almacén subterráneo?
- Una bolsa bajo tierra a presión, artificial, para almacenar gas, como si fuera un depósito pero subterráneo, porque en el exterior no habría sitio suficiente para almacenar la cantidad de gas que se inyecta, partiendo de la teoría, más bien realidad, que consiste en dar mucha presión al gas que se almacena para que el volumen de éste disminuya drásticamente y pueda ser controlado.

¿Cuál es su funcionamiento?
- Puntualizaré, de entrada, que todo el proceso es muy peligroso; en el exterior no podría realizarse porque exigiría construir unos depósito de grandes dimensiones y con muros a prueba de cualquier tipo de catástrofe tanto natural como provocada; el trabajo consiste en hacer llegar el gas a la plataforma y desde allí almacenar el gas para recuperarlo cuando éste sea necesario y trasladarlo a la factoría de Tarragona para su uso y distribución.

Con esta explicación, que los profanos en la materia entenderemos, cabe una segunda pregunta relacionada con los seísmos que se han producido. ¿Son consecuencia de los trabajos realizados?
- Sí, no hay otra explicación; además, la bolsa se ha construido en terrenos sísmicos no adecuados ni aptos para una operación de tal envergadura, por ello el que se hayan detectado movimientos sísmicos de más de cinco grados, solo tiene una explicación, la bolsa de gas.

- Y, en estos momentos, ¿cuál es la solución más idónea y urgente?
- Quitar la plataforma, desmantelarla, sobre todo por dos razones importantísimas. Una es la cercanía con la costa ya que si estuviera más alejada las sacudidas se amortiguarían; el segundo problema es que se ha trabajado sobre una falla sísmica con todas las graves consecuencias que ello origina y puede originar.

Interpreto que en tales circunstancias todo cuanto se ha hecho es peligroso.
- Muy peligroso y lo que no entiendo es que el Gobierno no actúe de una manera rápida y con contundencia; porque lo que está haciendo es menear la perdiz.

En el futuro, la energía nuclear, a pesar del peligro que conlleva, seguirá siendo utilizada?
- De momento sí; las energías limpias, como la eólica y la solar, están poco desarrolladas y son caras y en tiempos de crisis no es fácil invertir en este tema. En cuanto a la energía producida por el gas todos sabemos que Rusia y Argelia son los dos países con mayor producción de gas y yo, particularmente, no me fío ni del uno ni del otro.

¿No sería mejor apostar por la llamada fusión nuclear, una energía limpia que no genera residuos contaminantes?
- Dentro de veinte años... Respondo así porque cuando estudiaba la carrera se nos decía que la fusión nuclear estaría lista para ser utilizada dentro de veinte años y hoy, muchos años después se sigue diciendo lo mismo. ¿Qué sucede? La respuesta es simple, los intereses económicos de unos pocos y los intereses políticos son los que impiden que se avance en las energías limpias; el negocio está en el petróleo, igual sucede con los coches eléctricos, que de interesar ya estarían al alcance de todos los bolsillos.

Para Menorca, ¿cuál sería la energía más apropiada?
- La más idónea sería la solar, pero tiene el inconveniente de que ocupa mucho superficie; al sol prácticamente lo tenemos durante todo el año y nos daría buenos resultados, pero tenemos el inconveniente señalado, consumiría mucha superficie; en cuanto a la energía eólica, da más potencia por metro cuadrado, si no rompe la belleza natural sería también muy positiva, pero las limitaciones que impone el medio ambiente y el turismo son una rémora.

¿Dependemos del consumismo de las energías fósiles?
- Sí, sobre todo por el beneficio económico que generan.

El cambio climático exige modificar nuestras costumbres, pero ¿seremos capaces de asumir dichos retos?
- Pienso que no, pero se impone hacer muchos cambios para reducir el efecto invernadero, lo que ocurre es que China dispone de mucho carbón y sus centrales térmicas funcionan a base de dicho producto y con ello están contaminando de una forma brutal todo el planeta; aquí en España cada día son menos las centrales térmicas que operen con carbón, incluso las estamos eliminando progresivamente.

Con su experiencia a cuestas, ¿es partidario de la energía nuclear?
- Sí, pero aplicando los sistemas de seguridad al máximo; lo que no es comprensible es que un país como Japón, con una intensidad sísmica muy alta, hayan construido 55 centrales nucleares, en España tenemos siete con el añadido de que en la frontera con Francia hay otras tres instaladas, francesas por supuesto, lo cual evita cualquier discusión sobre las nuestras, ya que si una de las francesas sufriera un percance, nosotros también sufriríamos sus efectos devastadores.

Vuelva a lo de las energías contaminantes, ¿ve posible una solución?
- En España sí, en este aspecto vamos haciendo camino pero veo muy difícil hallar una solución en China, Estados Unidos o India, con el agravante de que todos los países emergentes consumen energía contaminante de gran envergadura.

La economía ofrece pequeños despuntes, pero el paro nos sigue ahogando; a su modo de ver, ¿existe alguna solución para salir de esta crisis?
- Lo primero que hay que hacer es formar a la gente, a las actuales generaciones de jóvenes y prepararlos de cara a la tecnología actual; fomentar la Formación Profesional, elevando el nivel medio; para mí sobran universitarios que luego y con el título bajo el brazo se ven obligados a engrosar las lista de parados... Falta una estrategia de futuro, preparar adecuadamente a los jóvenes ya que muchos de ellos carecen de los conocimientos básicos en informática y el nivel de los idiomas es muy bajo, incluso nulo. Preparación, la más amplia posible, debería ser el slogan para reducir el número de parados y superar la crisis.

¿Cree en el hombre?
- Sí, mucho, porque realmente los no sociables son minoría lo que habría que hacer es rearmarnos éticamente y mejorar nuestro comportamiento personal en beneficio de la comunidad.

A pesar de las dudas que siempre existen, ¿cree en el de arriba?
- También, con decir que mi libro preferido es La Biblia, creo que está dicho todo.

¿Cómo presiente será el futuro al que nuestros hijos y nietos deberán enfrentarse?
- Estamos ante un cambio que exigirá estemos todos en el mismo barco, con la misma bandera y un objetivo común; los enfrentamientos tribales carecerán de sentido, como otros intereses partidista, posiblemente convendría recordar aquello de que «un hombre no es una isla, sino que forma continente».

¿No cree que para ello sería necesario modificar algunas cosas?
- Por supuesto; yo sería partidario de reforzar la formación tecnológica, y dar un mayor sentido ético y moral a nuestra vida y que la familia recuperase su rol, el de ser el núcleo de aprendizaje que antaño fue.

Y, a la vida, de nuevo en casa, ¿qué le pide?
- Paz y un mayor entendimiento entre la gente y, por supuesto, salud.